Con inversiones millonarias en alquiler de aeronaves y precios promocionales, la aerolínea privada Amaszonas y la estatal Boliviana de Aviación (BoA) están en carrera por copar el mayor porcentaje del mercado externo, que el año pasado captó 1,5 millones de pasajeros entre Bolivia y más de 30 ciudades de América Latina, Estados Unidos y Europa.
Amaszonas tiene proyectado iniciar, en agosto próximo, operaciones a Cusco y Arequipa (Perú) aprovechando las expectativas que genera en los turistas bolivianos la ciudad de Machu Picchu, sostuvo el gerente general Luis Vera.
Vera agregó que hasta fin de año la empresa ampliará sus destinos internacionales en aviones Bombardier CRJ-200, de alta tecnología y capacidad de 50 pasajeros a Salta y Tucumán (Argentina), Asunción (Paraguay) y Cuiabá (Brasil).
Con la experiencia de transporte aéreo a Buenos Aires (Argentina) y San Pablo (Brasil), que el año pasado prestó servicios a 101.091 pasajeros, la estatal BoA, fijó su estrategia de expansión en las rutas de Lima (Perú), Caracas (Venezuela), Miami (Estados Unidos) y Madrid (España), estas dos últimas abandonadas por AeroSur, desde febrero pasado.
La meta de Boliviana de Aviación es iniciar vuelos a España y Estados Unidos a mediados de agosto y superar los 416 mil pasajeros que el año pasado llevó AeroSur a ambos países, comentó su gerente general Ronald Casso.
ANÁLISIS
“Se abre un proceso
de competencia”
Jorge Leytón,
Analista y economista
Siempre ha sido un problema que una empresa abandone el mercado aeronáutico nacional e internacional. Ya lo hemos vivido con el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) cuando las empresas que aún existían en ese entonces tuvieron que absorber, ciertamente con muchas dificultades, el exceso de demanda que estaba dejando esta aerolínea.
En el caso de AeroSur, está sucediendo lo mismo; pero en términos de competencia estamos viendo que las empresas que están sobreviviendo, llámese TAM (aunque no está regulada); Aerocon, Boliviana de Aviación (BoA) o Amaszonas y que cubren determinadas rutas dentro el eje troncal, son las empresas que estaría ganando una mayor concentración del mercado y éstas empresas estarían trabajando con mayor intensidad para absorber precisamente la demanda dejada por AeroSur.
Ahora, las reglas de competencia y regulación sobre el sistema aeronáutico, se han mantenido relativamente estables durante los últimos años. Y en ese sentido no debería presentarse ningún problema en términos de competencia.
Lo que debe preocuparnos es saber, si las otras empresas aéreas, incluida la estatal BoA, están o no, en capacidad total de poder absorber la gran demanda de vuelos nacionales e internacionales, dejada por AeroSur que, a diciembre del año pasado, sumaron más de un millón de pasajeros en conjunto. No hay que olvidar que AeroSur era, después del LAB, la única aerolínea que tenía mercados internacionales y tenía los permisos de aterrizaje en varios aeropuertos a nivel internacional. Al parecer los operadores existentes, como BoA, TAM, Aerocon y Amaszonas, no tienen estos privilegios o les costará tenerlos en buen tiempo.
En nuestro criterio, es en este rubro del mercado aeronáutico externo que las aerolíneas existentes tendrán que demostrar la capacidad técnica, económica y financiera con que cuentan para ir llenando gradualmente estos espacios de operación aérea que está dejando la empresa saliente.
En esta coyuntura, yo no me animaría a señalar que BoA, por tratarse de una aerolínea estatal, sería la más convocada a copar en mayor porcentaje el mercado aeronáutico, debido a que dentro el sector aeronáutico se mide la competencia a partir de rutas y no necesariamente por área de cobertura. Si hablamos sólo del eje troncal en Bolivia, por ejemplo, tenemos que sólo tres empresas están prestando servicios, por lo tanto se abre un proceso de competencia leal, aunque desearíamos que existan muchas más empresas, para descartar cualquier indicio de monopolio que pueda presentarse.
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