Con la experiencia de tres años de una crisis profunda en los niveles económico, financiero y administrativo, los ejecutivos y trabajadores del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) se encuentran actualmente embarcados en transformar su estructura empresarial en otra de carácter social, cuyo sustento se basa en cuatro proyectos productivos, que en su conjunto demandarán una inversión de 17 millones de dólares.
Los proyectos, relacionados con el mantenimiento de aeronaves, la construcción de un terrapuerto, la habilitación de una zona franca y el funcionamiento de la facultad de Aeronáutica, son totalmente independientes, uno del otro.
Sin embargo, forman parte de un gran complejo aeronáutico que será levantado sobre 26 hectáreas de superficie ubicadas en inmediaciones del aeropuerto de Cochabamba, informó Omar Castellón, titular de la Gerencia Técnica del LAB.
De una estructura empresarial conformada por un presidente y una decena de gerencias, la aerolínea se transforma, por su crisis, en una empresa de servicio social porque ya no depende de uno o varios capitalistas, sino de todos los trabajadores convertidos en dueños de la empresa, explicó el director Milton Patiño.
“Hace 84 años el LAB nació como empresa de servicio social y consecuentes con ese certificado de nacimiento, hoy volvemos a volar con símbolos y colores de su fundación en 1925, para servir al pueblo”, indicó Castellón.
Proyectos
La facultad de Aeronáutica, con capacidad de albergar hasta 2 mil estudiantes, será levantada dentro de dos años sobre una hectárea y media, al lado del Simulador de Vuelos, con una inversión de 4,5 millones de dólares en infraestructura. El objetivo es formar y graduar a una gama de profesionales especializados en aeronavegación para cubrir la demanda de la industria aeronáutica nacional y mundial.
El Centro de Mantenimiento contará, en año y medio, con un nuevo hangar construido sobre 15 mil metros cuadrados cubiertos, junto a los talleres actuales con una inversión de 6 millones de dólares. Prevén que tenga capacidad de atender simultáneamente seis aviones de líneas aéreas nacionales e internacionales. Estiman que el número de técnicos del LAB se incrementará de 150 a 200 en el primer año de funcionamiento.
El terrapuerto comprende levantar en dos años tres terminales de buses en cuatro hectáreas ubicadas en los campos deportivos del LAB, con una inversión de 4,5 millones de dólares, para facilitar el traslado bimodal, terrestre y aéreo, de pasajeros, equipaje y carga desde su punto de origen hasta su destino.
En la zona franca, a edificarse dentro de dos años frente a la actual terminal de buses, proyectan construir 180 locales comerciales y 60 depósitos de mercadería, sobre dos hectáreas con una inversión de 2,5 millones de dólares. Permitirá adquirir mercadería libre de impuestos y enviar artesanía al extranjero.
Los recursos que generen cada una de estas unidades productivas cubrirán los salarios (diferenciados) de sus dependientes, que ya no dependerán sólo de la venta de pasajes y vuelos que realice la empresa, explicó Castellón.
Flota
Cuentan con 5 aviones propios
J El LAB tiene en propiedad cinco aviones Boeing, de los cuales tres son 727-200, un 737-300 y un 727-100. Se estima que las naves estarán plenamente habilitadas hasta mediados de junio para transportar carga y pasajeros en todas las rutas nacionales.
Los vuelos internacionales se habilitarían a partir de agosto con el alquiler de dos aeronaves 767-300 y la suscripción de convenios con otros operadores para habilitar todas sus rutas hacia Latinoamérica, Centroamérica, Norteamérica y Europa, hasta fin de año.
Nueva Generación de profesionales en aeronáutica
Actualmente, más de 160 profesionales nacionales, entre pilotos y técnicos formados en la escuela del LAB, están prestando servicios en empresas de aeronavegación de América Latina, Europa, Asia, Emiratos Árabes y tienen pocas posibilidades de volver al país, advirtió Milton Patiño, director del LAB.
Una mayoría de los profesionales nacionales en aeronáutica, que están entre 38 y 48 años, se jubilará en los próximos 15 años. Esto provocará una crisis de profesionales tan grave que no habrá pilotos ni técnicos en aeronáutica para la industria, advirtió Patiño.
“La facultad de Aeronáutica del LAB pretende cubrir ese déficit, formando nuevos profesionales, no sólo para atender la demanda de la aeronáutica nacional, sino también latinoamericana y mundial”, agregó.
La facultad de la aerolínea formará práctica y teóricamente en talleres de mantenimiento, en el Centro de Estudios Aeronáuticos y en el simulador de vuelos a: pilotos, azafatas, técnicos en aeronáutica, electrónica e hidráulica, controladores de tráfico aéreo, despachadores de vuelo, administradores de aeropuertos y finanzas en transporte aéreo y comercial, con título académicos a nivel de técnico superior, licenciatura e ingeniería aeronáutica.
“La renovación de profesionales en aeronáutica nos convertirá en una empresa altamente competitiva”, indicó Patiño.
testimonios
En estos tres años hemos aprendido a sobrevivir con lo poco que había. Afortunadamente tengo una familia grande de hermanos, cuñados y he sopesado la situación de crisis gracias a la solidaridad y el cariño de ellos. Adicionalmente, después de las jornadas de presencia en la empresa, me he visto obligado a realizar una serie de trabajos particulares como instalaciones de gas domiciliario por la avenida América, Villa Graciela y otras donde requerían mis servicios, para ganarme unos pesitos que me permitieron alimentar a mi familia.
Yo creo que la única razón que me mantuvo en esta situación de estrechez económica y anímica fue el amor a la empresa.
Luís Ardaya Técnico en mantenimiento.
Yo soy viuda con tres hijos y para sobrevivir nos hemos deshecho de un bien que teníamos y estamos recibiendo hasta ahora el apoyo de mis hermanos. Ellos nos dan almuerzo y cena todos los días, desde hace más de dos años.
Antes de la crisis del LAB el refrigerador de la casa estaba lleno, ahora solamente hay un poco de verdura. Hemos pasado momentos muy difíciles en la casa al punto que estuve a punto de levantar las manos y dedicarme a otra actividad que me rinda algún ingreso.
No pude hacerlo porque mi esposo trabajaba en esta empresa, él quería mucho al LAB y porque uno de mis hijos sueña con ser técnico en aeronáutica.
Antonieta Valencia Funcionaria de sección tapicería.
Tengo 33 años de antigüedad en la empresa. Yo me siento muy agradecido con el LAB, porque me ha permitido sacar profesionales a dos de tres hijos, quienes me han respaldado en estos momentos de crisis.
La decisión de permanecer en el LAB ha sido mía porque tengo en la sangre a la empresa y mi esposa e hijas me han apoyado, aunque alguna vez hubo algún roce y discusión por falta de salarios.
Muchos compañeros lamentablemente han tenido que sortear dificultades que les ha llevado hasta separaciones porque no han podido soportar el trajín de esta situación, que ha sido muy dolorosa. Ahora que estamos volviendo a volar, ha llegado el tiempo de apoyar a la empresa.
Eduardo Soliz | Inspector del área de mantenimiento.