A la zona peruana del Valle de los Ríos, Apurímac, Ene y
Mantaro (Vraem) logran ingresar por día entre seis y ocho avionetas de
bandera boliviana para recoger y transportar hasta cuatro toneladas de
droga cada 24 horas. Comunarios son contratados para habilitar y
rehabilitar “narcopistas”, informaron oficiales del Comando Especial
del Vraem (CEVRAEM), según reportaje publicado en el portal del
periódico La República.
Son detectados vuelos en horas del día y de la noche en busca de alguna
pista clandestina. "Hemos detectado avionetas de un solo motor con
capacidad para transportar entre 300 y 350 kilos de droga. También hemos
encontrado aeronaves bimotor que pueden trasladar entre 400 y 600
kilos", explicaron fuentes del CEVRAEM.
El gobierno
del presidente Ollanta Humala facultó en 2012 a las Fuerzas Armadas a
participar de la lucha contra el narcotráfico siempre que estuviera
vinculado con el terrorismo. Está probado que Sendero Luminoso tiene una
alianza con las bandas de narcos del Vraem para financiar sus
actividades, refiere la nota firmada por Doris Aguirre y publicada en el
portal http://www.larepublica.pe.
La autorización
presidencial, empero no es para operaciones aéreas. El periodista del
medio peruano sobrevoló en un helicóptero Mi-35P del cuartel general del
CEVRAEM, en Pichari, Cusco, la zona atravesada por el río Ene, en cuyas
playas los narcotraficantes acondicionan con frecuencia pistas
clandestinas.
En un vuelo de menos de media hora, identificamos hasta 38 "narcopistas" a lo largo del Ene, relató la periodista.
"Las pistas son construidas por peones que son contratados por las
organizaciones o por los mismos pobladores de la zona. Hemos
contabilizado alrededor de 120 pistas clandestinas que son utilizadas
por el narcotráfico. La mayoría es custodiada por los terroristas
encabezados por los hermanos Quispe Palomino. Ellos reciben dinero a
cambio de proteger el embarque de la droga y hasta que vuele la
avioneta", señalaron las fuentes.
Bolivia es
considerada país de tránsito de la droga peruana. La Fuerza Especial de
Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) de Bolivia estableció que casi
cinco de cada 10 kilos de cocaína incautada hasta mediados de septiembre
provienen de Perú y tenía como destino los mercados de Brasil,
Argentina y Chile.
Las pistas fueron construidas en
áreas aledañas a centros poblados, lo que permite a las organizaciones
delictivas contar con mano de obra para rehabilitarlas en caso de que
sean destruidas por las fuerzas antidroga. Gran parte de los aeródromos
colindan con los centros poblados de Villa Virgen, Selva de Oro, Pampa
Hermosa, Puerto Roca, Puerto San Miguel, Paquichary y Puerto Ene, en el
distrito de San Martín de Pangoa (Satipo, Junín).
Mientras que por el río Apurimac figuran en Llochegua y Sivia
(Ayacucho), y por Pichari, Kimbiri y Santa Rosa (Cusco), según el
reportaje.
“Tenemos muchas pistas identificadas. Los
narcotraficantes aprovechan que el río baja sus aguas y se forman
playas. Solo limpian la zona y marcan con una estaca y un trapo la
ubicación. Eso es suficiente para que la nave pueda aterrizar. A veces
estas aeronaves entran de dos a tres”, informó una de las fuentes y
explicó que no intervienen porque no tienen autorización.
El kilo de pasta base en el Vraem tiene un costo de 1.000 dólares y de
1.500 dólares en la zonas de expendio del Vraem. 12 años que permanecen
suspendidos los vuelos antidroga en el Perú, luego de que fuera anulado
un acuerdo con Estados Unidos para proveer información para derribar
narcoaviones, tras que fuera derribado el avión de un misionero
estadounidense en el que viaja su esposa e hija.
La
República, según el reportaje, sorprendió a una banda de traficantes que
se encargaban de transportar vía fluvial la droga hasta una pista de
aterrizaje. En el bote tres sujetos llevaban camuflados 15 kilos de
droga. El cargamento fue entregado en Puerto Paquichari.
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