jueves, diciembre 01, 2016

Ximena Suárez y Erwin Tumiri se recuperan de las lesiones en la clínica Somer de Rionegro de Antioquia



Erwin Tumiri Choque y Ximena Suárez Otterburg, a las 23:00 del lunes, han vuelto a nacer en las faldas del cerro Gordo, distante 17 kilómetros del aeropuerto de Medellín, lugar donde se estrelló el avión de la línea LaMia, que transportaba al equipo brasileño Chapecoense para disputar la final de copa Sudamericana.

Ambos reciben tratamiento médico para superar el trauma físico y sicológico que sufrieron, según el reporte de la directora de la clínica Somer de Ríonegro, Ana María Gonzales.

Él, oriundo de Cochabamba, es amante de la música y de la aviación. A sus 25 años de edad supo combinar sus dos pasiones: estudió en la escuela de aviación Oasis del Aire y, a la par, trabajó por más de tres años como profesor de música para pagar sus estudios como piloto. Sin embargo, solo pudo aplicar para convertirse en mecánico de aviones, pero gracias a su amor por la aviación, la empresa para la que trabaja desde hace un año le permitió realizar un curso y graduarse como piloto privado.

Es soltero y el último hijo de la familia Tumiri Choque, le gusta tocar guitarra, batería e instrumentos de viento, afirmó su hermana Lucía. Sus amigos de Ájayu decidieron suspender el concierto hasta que Erwin retorne al país y que se integre, poco a poco, a los ensayos del grupo.

El técnico de aviación, que desde hace cuatro meses trabaja para Delta Charlie, empresa que presta sus servicios a la compañía LaMia, contó a sus hermanas, vía telefónica, que tiene heridas en los labios, en la cara y en los brazos, pero que ya quiere retornar a Bolivia. “Quiero irme a Bolivia, ya estoy bien”, le dijo a su hermana Lucía.

Noelia Ríos Vaca, compañera de trabajo de Erwin, en contacto con el diario colombiano El Tiempo, lo describió como una persona dedicada a su profesión de mecánico de aviación y piloto y que siempre está dispuesto a ayudar en lo que puede.

Una mujer de mucha fe

Ximena Suárez Otterburg recibió asistencia para tratar sus múltiples fracturas, en piernas, brazos y cuello en la clínica Somer. A dos días del trágico accidente está en compañía de Sara, su madre.

La segunda superviviente boliviana tiene 27 años, es madre de dos niños, es una mujer de mucha fe y lee la Biblia con regularidad. Asiste a un grupo cristiano junto a varias amigas. Su trabajo de azafata lo desempeña desde hace ocho años y en noviembre de 2014 se vinculó a LaMia.

Junto con Oriana Jofré, son las únicas azafatas de la empresa dedicada a realizar vuelos chárter de bajo costo y que transportaba a Colombia al equipo brasileño Chapecoense que debía enfrentar en la primera final de la Copa Sudamericana a Nacional de Medellín. David Blandón, camarógrafo del medio digital colombiano Mi Oriente, llegó al lugar del siniestro, hizo algunas tomas rápidas y se apuntó como voluntario. Ayudó en el relevo y cargó la camilla de la Cruz Roja que trasladaba a Ximena hasta un centro médico más cercano

Con su madre
Reencontró a su familia
Ximena Suárez / Azafata
En su carrera profesional, la azafata cruceña que salió con vida del trágico accidente de la línea LaMia, trabajó en la ahora desa-parecida aerolínea Aerosur.
Según el diario colombiano El Tiempo, la joven de 27 años de edad, tiene una relación amorosa con Raúl Polo López, que también desempeña labores en el mundo de la aviación. Le gusta pasar el tiempo libre al lado de sus seres queridos.

El silencio de la familia
Hugo Eduardo Antelo, primo hermano de Ximena, relató ayer a EL DEBER que la familia de la azafata decidió guardar silencio y evitar contacto con los medios de comunicación hasta que Suárez Ottreburg se restablezca por completo del accidente ocurrido el lunes por la noche en las proximidades de la ciudad colombiana de Medellín.
“La familia ha pasado un comunicado en el que pide no dar detalles sobre el estado de salud de Ximena”, dijo Antelo

Pide volver
Pasión por los aviones
Erwin Tumiri Choque / Técnico de aviación
Nació el 24 de enero de 1991 en Cochabamba. Es el último hijo de familia Tumiri Choque y el único vinculado con el oficio de la aviación. Desde niño le gustaba jugar con aviones y era aficionado a la música criolla y ese gusto por las aeronaves lo llevó a inscribirse en la escuela de aviación Oasis del Aire, en Cochabamba.
“Ahora (por ayer) se pudo escuchar mejor la voz de mi hermano, ya no se escucha cansado”, dijo Lucía Choque, que junto a otros dos hermanos y a su madre esperan un informe de la empresa LaMia para confirmar o descartar si viajan a Colombia para reencontrarse con Erwin.

Preocupación de familia
Ayer fue mejor la comunicación de Erwin con sus familiares. En ese breve contacto con sus hermanos afirmó que puede mover las piernas y brazos sin dificultad, pero tiene molestias en los labios que le impiden vocalizar bien las palabras

El último almuerzo familiar
​Ovar Goytia / Copiloto
El domingo era un día familiar para los Goytia Gómez y a ninguno de los cinco integrantes de la familia se les pasó por la cabeza que ese día sería el último almuerzo que compartirían con el jefe del hogar, Ovar Goytia.

Ovar invitó a su esposa, Lourdes, y a sus tres hijos a almorzar comida china. Antes de cada viaje, al mando de una aeronave, acostumbraba decir que en ese oficio se corre el riesgo de no volver, relató Bruno Fernando, el primogénito de Ovar, que también es piloto. En ese vuelo de LaMia también debia viajar su hijo, pero la suerte estuvo del lado de Bruno y en su lugar se embarcó la piloto Sisy Arias, que murió el lunes en el accidente ocurrido en el cerro Gordo

Su conversión
Se refugió en Dios
​Sisy Gabriela Arias Paraviciny / Piloto
Sisy Gabriela Arias, la menor de la familia Arias Paraviciny, encontró refugio en la Iglesia cristiana Dios con nosotros, según su propio testimonio que difundió en un video que circuló entre sus amistades. Asistía desde 2014 a la iglesia que es ministrada por el pastor Marco Núñez del Arco, afirmó su amiga Sandra Peña.

Durante su estadía en Estados Unidos, país donde estudio pilotaje, también se dio tiempo para seguir en una iglesia y partió de este mundo sin terminar de leer el libro Las Mujeres de la Biblia. Antes de dedicarse a la aviación, cursó Medicina, también estudió la carrera de Derecho y actuación en el país del norte. Era madre de dos niños

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