Sol de Pando
Dos de los tres aviones se hallan abandonados en la Base Aérea Militar de Cochabamba, a medio reparar, porque Albacete no cumplió los pagos comprometidos a la Fuerza Aérea de Bolivia (FAB) bajo la garantía personal del Ministro de la Presidencia que ejerció su influencia para que la fuerza aeronáutica militar del país se haga cargo de mantener, reparar y custodiar los tres aviones del empresario venezolano, habilitando hangares de la FAB sin costo alguno. El único avión AVRO 146 RJ 85 de Lamia que pudo volar demandó trabajos de mantenimiento que no han sido pagados desde el pasado año 2015, según denunció formalmente ante autoridades judiciales el comandante de la FAB, general de División Aérea Celier Aparicio Arispe.
Según nuestra fuente en Brasilia, no es verdad que Albacete alquilaba los aviones a “Lamia-Bolivia”. Es la versión que habría propalado el propio estafador venezolano para deslindar su responsabilidad en la tragedia. El trato real consistía en una distribución equitativa de los ingresos por cada vuelo realizado, y en ese marco Albacete se había comprometido a incrementar la flota de aviones y mejorar el servicio a bordo.
“Acordaron un 50-50 entre él y los socios bolivianos, pero jamás cumplió. Albacete se quedaba con el 92 por ciento de las ganancias y sólo el ocho por ciento se quedaba en Bolivia. Además de cobrarles por el uso de los aviones, también les cargaba el costo de uso de los hangares en distintos aeropuertos que están a cargo de un socio colombiano de Albacete. Por otra parte Micky le exigia a Albacete mejorar por lo menos la calidad del servicio a bordo con la instalación de un sistema de entretenimiento audiovisual en los asientos, pero el venezolano se negaba rotundamente porque arguía que instalar ese servicio le resultaba demasiado caro. Por eso Micky y Marco Rocha estaban buscando un nuevo socio que tenga más y mejores naves. El plan con el nuevo socio era contraer un Leassing Financiero para incorporar jets de última generación disponibles en los Emiratos Árabes, a parte de los aviones que pondría inicialmente el nuevo socio, compartiendo las ganancias al 50% sobre las rutas dentro y fuera de Bolivia que Micky y Rocha habían logrado abrir con tanto sacrificio”, afirma nuestra fuente.
Entretanto, el capitán Miguel Quiroga buscaba la manera de librarse de Albacete, quien se quedaba con el 92 por ciento de la torta por cada vuelo comercial que realizaba “Lamia-Bolivia” y, para colmo, dependia del venezolano el pago de importantes gastos operativos como la compra de combustible para el reabastecimento, además del mantenimiento de la nave en la Base Aérea Militar de Cochabamba.
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