El Fairchild Metro remonta sus orígenes a 1965, año en que la compañía Swearingen Aircraft lanzó su modelo Merlín II, un aparato sin presurización y con capacidad para ocho pasajeros. En 1969 salió al mercado una versión muy mejorada denominada SA-226 Metro, con capacidad para 20 pasajeros y orientada a las compañías de transporte ejecutivo y a las de vuelos regionales. Esta versión ya incorporaba las características típicas de la serie: monoplano presurizado de ala baja y fuselaje circular equipado con dos turbohélices en góndola que sobresalen marcadamente del ala, en las cuales se aloja el tren de aterrizaje trasero. Posteriormente, su diseño se optimizó para servicios feeder en las versiones carga, pasaje o mixta.
En 1971, Fairchild Industries compró Swearingen, por lo que el avión pasó a denominarse Fairchild Metro. Al poco tiempo, dicha compañía fabricó una versión más corta con capacidad para once pasajeros y un interior más lujoso que incluía lavabo y zona de equipaje de 5,13 m. Esta versión se denominó Merlín IV. Unos años después, concretamente en 1974, se lanzó una nueva versión, la Metro II, con ventanillas más grandes y capacidad para quince pasajeros.
El avión evolucionó y en 1980 surgió una versión con motores más poderosos y alas más largas (con un incremento de la envergadura de 3,05 m), nuevo tren de aterrizaje y mejor aviónica. Se trata del conocidísimo Metro III, que muy pronto se convertiría en un enorme éxito de ventas.
A la vista de su potencial como carguero, surgió el Expediter, versión de carga pura que trae una gran compuerta de carga y un suelo reforzado. La ultima versión fabricada es la denominada Metro 23, certificada en 1990, con capacidad para 19 pasajeros.
La mayor parte de los pilotos consultados coincidieron en afirmar que la rapidez es el factor más destacable del Fairchild Metro pues se trata de uno de los turbohélices más rápidos en su categoría, así como la pericia que exige su pilotaje.
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