En la larga fila estaban más o menos un centenar; en el mostrador de atención tres operadores encargados de recibir los tickets trataban de mantener el buen ánimo, ante los reclamos y las preguntas de los viajeros.
¿Por qué no se ordenan y atienden primero a los que viajan a Sucre, porque la salida está programada para dentro de cinco minutos? Sugirió uno de los de la fila. “Tiene razón”, asintieron varios, pero la voz de mando llegó desde el mostrador de atención: “Se va a respetar la fila, el avión va a esperar, de manera que atenderemos de acuerdo con el orden de llegada”, respondió la encargada de sección.
El comentario entre los viajeros giró en torno al monopolio de vuelos de las dos aerolíneas estatales, corroborado por la pizarra que anunciaba la salida y llegada de vuelos. La proporción quedó marcada: de cada cinco vuelos, tres tenían marcado TAM y otros dos BoA.
Tras larga espera y el control correspondiente los pasajeros ingresaron precipitadamente a la aeronave militar. No había tiempo para muchos preámbulos, porque el vuelo programado para las 9.30 fue cambiado para las 10.00, pero a las 9.45 la mayoría de los viajeros estaba en sus asientos con un sándwich en la mano que se les entregaba a la entrada al avión, de manera que las indicaciones de la azafata sólo duraron un par de minutos y ni bien dijo gracias, el avión empezó a girar sobre su eje para tomar la pista de partida. Eran las 9.50, de manera que no se ajustaba a ninguno de los horarios.
“Este avión es como los minis, hay que subirse al vuelo y listo”, comentó uno de los pasajeros. La ocurrencia la celebraron todos, mientras las azafatas servían apresuradas las tres únicas opciones: cola, naranja o café con leche.
Así está la nueva ley del mercado en aeronavegación, si hasta el año pasado el 43% del mercado lo capitalizaba AeroSur y el 42% era para BoA, dejando el 8 y 7% restante para Aerocon y Amaszonas, respectivamente, este año el índice marcará seguramente 50% o más para TAM, que pasó en la práctica de ser una aerolínea militar para convertirse en civil y muy cerca se colocará BoA.
“Es la nueva ecuación aérea en el país, seguirán las filas y los cambios de horario, porque hay que saber adaptarse a los monopolios”, comentó uno de los pasajeros al descender por la tambaleante escalerilla y tomarse la cabeza para agregar: “Me olvide mi sándwich en el asiento”
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