Cuando hoy se cumple el vigesimosegundo día de la desaparición del vuelo MH370 en el Índico, los equipos de búsqueda no han encontrado aún ningún rastro del avión, a pesar de los nuevos avistamientos de objetos en el agua.
"No debemos subestimar la dificultad de este trabajo. La operación se desarrolla en un lugar extraordinariamente remoto", afirmó hoy el ministro de Defensa e interino de Transportes de Malasia, Hishamudin Hushein.
En una comparecencia ante la prensa tras reunirse con familiares de los pasajeros del avión desaparecido, Hushein explicó la necesidad de que el grupo internacional de trabajo "revise lo que ha sucedido por el interés de la aviación, de la seguridad y defensa de todos los países".
Reiteró que "ni Malasia ni los 26 países implicados en la operación, pararemos hasta dar con el avión".
Respecto al avance de las investigaciones policiales, Hishamudin manifestó que por lo que él sabe "no hay nada sospechoso en el simulador de vuelo del capitán del avión".
En los últimos días, los aviones y las imágenes de satélite han localizado objetos en una amplia área al oeste y suroeste de Australia, pero aún no han conseguido recuperar ninguna parte del vuelo de Malaysian Airlines supuestamente siniestrado con 239 personas a bordo.
Esta mañana la agencia oficial de noticias china Xinhua confirmó el avistamiento desde un avión chino de 3 objetos de color naranja, blanco y rojo que podrían pertenecer al avión en la nueva área.
La víspera, Malasia confirmó la modificación de la zona inicial de búsqueda tras nuevos análisis de los satélites realizados por el grupo internacional de trabajo, situando la nueva área a 1.680 kilómetros de la ciudad australiana de Perth.
Los nuevos datos indicaban que el MH370 había volado a mayor velocidad de lo que se preveía, consumiendo más combustible y por lo tanto no podía haber llegado hasta el lugar donde se iniciaron las operaciones.
La nueva área cubre una superficie aproximada de 123.000 kilómetros cuadrados en el océano Índico, con profundidades que van desde los 2.000 a los 4.000 metros.
Según el diario malasio The Malaysian Insider, esta nueva ubicación de la zona de trabajo, la sitúa 700 kilómetros más cerca del continente australiano, en un área de mejor climatología, con lo que se amplia el tiempo efectivo real de vuelo que los aviones pueden destinar a la localización de posibles restos.
Las líneas de trabajo de la investigación, que en un principio no descartaban un acto de terrorismo, se centran en la posibilidad de un secuestro, sabotaje o el fallo técnico como posibilidades para explicar lo sucedido.
Durante muchos días, el capitán del MH370 Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, y su copiloto Fariq Abdul Hamid, de 27, fueron un elemento clave en las investigaciones después de que las autoridades malasias confirmaran que en una "acción deliberada" desde la cabina de vuelo se desconectaron las comunicaciones y posteriormente se cambió la trayectoria programada del avión desaparecido.
En un posterior registro en la vivienda de Zaharie, la Policía confiscó un simulador de vuelo construido por él mismo y acentuó el foco de la investigación al ser analizado y observarse el borrado de datos del ordenador del aparato, cinco semanas antes de la desaparición del avión.
Los resultados de ese disco duro conectado al simulador de vuelo del capitán no han arrojado hasta el momento ninguna pista que haya hecho avanzar la investigación La Agencia de Seguridad Marítima Australiana (AMSA, en sus siglas en inglés), encargada de la coordinación de la operación de búsqueda, informó de que ocho aviones y seis barcos son los efectivos que hoy trabajarán en la zona.
Australia participa con 3 aviones P3 Orion, Japón con 1 P3 Orion y un avión guardacostas, Nueva Zelanda con 1 P3 Orion y China con 1 Yliashyn IL-76.
Las labores de enlace de comunicaciones entre ellos las realiza un avión civil australiano.
AMSA informó también de que los seis barcos desplazados a la zona de búsqueda llegarán a última hora de la tarde.
El vuelo MH370 de Malaysia Airlines despegó de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
Su desaparición, de la que hoy se cumplen 22 días, desencadenó una operación internacional sin precedentes en la que 26 países han ido modificando las zonas de búsqueda desde el golfo de Tailandia en el Mar del Sur de China, al Estrecho de Malaca y las Islas de Andamán hasta situarla en el Índico.
El avión transportaba 227 pasajeros, incluidos siete menores, y una tripulación de 12 malasios.
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