El Boeing 727-200 del Lloyd Aéreo Boliviano parece una ballena multicolor encallada en medio de la selva. El avión, que cayó en Trinidad el 1 de febrero, se encuentra rodeado por casi dos metros de agua de los ríos Mamoré e Ibare. Por eso, la base de los asientos está a sólo 10 centímetros de ser cubierta.
En el vientre de esta ballena metálica sólo queda un pasajero, Jesús, que fue contratado por la aerolínea para cuidar la nave, mientras bajen las aguas. El sereno explica que antes de que se cortara la carretera entre Trinidad y Loma Suárez, el martes de Carnaval, los técnicos de la empresa se llevaron lo que pudieron. Y eso salta a la vista. El interior del avión no tiene los asientos, el techo, los pisos, las máscaras de oxígeno, los instrumentos de vuelo ni las puertas de salida de emergencia. Don Jesús ahora parece habitar un galpón vacío, perforado por ventanillas.
Si el interior del avión impacta, el exterior asombra. Detrás de la nave se ve un amplio escampado que fue ‘limpiado’ en el aterrizaje de emergencia. La trompa está achatada por el golpe contra un árbol, que detuvo la nave y ahora yace partido en dos.
Jesús asegura que personal del LAB retirará hoy una turbina, pero tendrá que cortar los árboles circundantes, ya que para llegar a la nave hay que atravesar un pasillo dominado por hormigas ‘palo diablo’. Mientras tanto, Jesús espera acompañado de un rifle calibre 22, por si a alguna serpiente o animal se le ocurre refugiarse en esta ‘ballena’ multicolor.
En el vientre de esta ballena metálica sólo queda un pasajero, Jesús, que fue contratado por la aerolínea para cuidar la nave, mientras bajen las aguas. El sereno explica que antes de que se cortara la carretera entre Trinidad y Loma Suárez, el martes de Carnaval, los técnicos de la empresa se llevaron lo que pudieron. Y eso salta a la vista. El interior del avión no tiene los asientos, el techo, los pisos, las máscaras de oxígeno, los instrumentos de vuelo ni las puertas de salida de emergencia. Don Jesús ahora parece habitar un galpón vacío, perforado por ventanillas.
Si el interior del avión impacta, el exterior asombra. Detrás de la nave se ve un amplio escampado que fue ‘limpiado’ en el aterrizaje de emergencia. La trompa está achatada por el golpe contra un árbol, que detuvo la nave y ahora yace partido en dos.
Jesús asegura que personal del LAB retirará hoy una turbina, pero tendrá que cortar los árboles circundantes, ya que para llegar a la nave hay que atravesar un pasillo dominado por hormigas ‘palo diablo’. Mientras tanto, Jesús espera acompañado de un rifle calibre 22, por si a alguna serpiente o animal se le ocurre refugiarse en esta ‘ballena’ multicolor.
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