Está claro que el Gobierno con sus últimas medidas y ataques verbales, pretende eliminar de la competencia a las líneas aéreas Aerosur y Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) y allanar el camino para que sólo queden las empresas BOA y Transportes Aéreos Militares (TAM).
Esta afirmación se trata de un criterio compartido entre los empresarios y las empresas afectadas por la “guerra sucia” del Poder Ejecutivo.
Según aseveran que no otra cosa significa el ultimátum del Gobierno a Lloyd Aéreo Boliviano y a Aerosur para que presenten en orden sus estados financieros, En el caso del LAB se someta a su liquidación forzosa.
Los empresarios, pidieron al Gobierno no desprestigiar a Aerosur, toda vez que es una pésima señal para las inversiones.
El ministro de Obras Públicas, Wálter Delgadillo, argumentó la semana pasada, que la empresa Aerosur durante la presente gestión registró más de 30 eventos de mantenimiento de las dos aeronaves B727-200, que fueron suspendidas por algunos días, pero que después nuevamente volvieron a funcionar al no haberse comprobado que eran realmente “carcachas”, como las llamó el vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera.
“No queremos carcachas del siglo pasado, volando aeronaves modelo 727-200, generando miedo en los cielos y Aerosur tiene todas esas carcachas y tiene que sacarlas si quiere volar”, decía el Vicepresidente.
La DGAC, que suspendió el 18 de mayo dos aeronaves Boeing 727-200 de la empresa Aerosur por 30 ‘eventos de mantenimiento’, anuló dicha resolución a los pocos días, volviendo a operar de manera normal.
LAB
Por otro lado, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas, puso en vilo por casi una semana al Lloyd Aéreo Boliviano, porque supuestamente debería estar obligada a su liquidación por deudas y pérdida de capital.
En cuanto a la razón social, tiene que disolverse y tiene que liquidarse, “esa es la realidad de LAB”, según la autoridad de fiscalización.
La crisis de LAB comenzó a principios de 2006 con una ola de huelgas de pilotos. El entonces presidente de la compañía, Ernesto Asbún, se fugó a Estados Unidos en junio de ese año, acusado de estafa y de haber llevado al desastre a la empresa aérea.
Las dos empresas, además de otras más pequeñas, se disputan aproximadamente un mercado de un millón 200 mil pasajeros, que anualmente utilizan las líneas aéreas en vuelos nacionales, según datos de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT).
Vicepresidente
El presidente en ejercicio de Bolivia, Álvaro García Linera, manifestó este viernes su apoyo condicional a la empresa Aerosur siempre y cuando no mantenga vínculos con supuestos grupos separatistas.
“Hay condiciones para que las empresas obtengan sus ganancias lícitas, en el marco de las reglas que establece nuestro régimen de propiedad y económico, y en cuanto Aerosur haga eso, felicidades, nos sentiremos orgullosos que una empresa haga eso, pero si no paga impuestos, no protege a sus trabajadores, no ofrece un buen servicio y seguridad a los pasajeros o tiene vínculos extremos con bancos quebrados o con prófugos acusados de separatismo, ya la cosa se complica”, dijo.
Para García Linera el tema no es personal, ni de confrontación, sino simplemente se hace para garantizar al ciudadano un buen servicio, aunque otros sectores como los empresarios piensan todo lo contrario, ya que el Gobierno utilizaría todo su aparto estatal para perjudicar a una empresa seria como Aerosur.
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