La Dirección General de Aeronáutica Civil (GDAC) suspendió dos aviones de la empresa privada AeroSur porque detectó fallas técnicas que impiden prestar un servicio seguro a los usuarios. Para la línea aérea, la medida es una represalia por las recientes denuncias formuladas sobre irregularidades en la empresa estatal Boliviana de Aviación (BoA).
El director de la DGAC, Luis Trigo, informó ayer que las naves suspendidas son dos Boeing Bravo 727-200, con las matrículas CP 2462 y CP 2498. Las dos prestaban servicio en rutas internas.
Trigo explicó que ambos aviones sólo podrán ser liberados después de que demuestren que están en óptimas condiciones técnicas para operar.
La instrucción dictada por la DGAC es divulgada después de iniciada la guerra entre BoA y AeroSur por controlar el mercado argentino.
AeroSur acusó a BoA de competencia desleal y de afectar el mercado aeronáutico al rebajar a la mitad sus tarifas para promocionar su recién inaugurada ruta a Buenos Aires, Argentina. La empresa estatal argumentó que las ofertas son una actividad regular, postura que fue respaldada por la Autoridad de Transportes y Telecomunicaciones (ATT).
El lunes, el presidente de AeroSur, Humberto Roca, denunció que BoA no convocó a ninguna licitación para la contratación de servicios, y pidió al Ministerio de Transparencia que investigue. Esta entidad estatal conminó a Roca a presentar pruebas de su acusación en la que involucró a servidores públicos, de lo contrario le advirtió de un proceso.
El presidente de AeroSur dijo ayer, respecto de la suspensión de las dos aeronaves, que ambas fueron puestas en tierra hace unos tres días por decisión de la misma empresa al advertir fallas que precisaban del mantenimiento rutinario, por lo que consideró que “no era necesario hacer un show como éste”.
En criterio del empresario, lo único que pretende la decisión es perjudicar a AeroSur: “Es una mano del Estado para favorecer a BoA en perjuicio de la empresa privada”.
De acuerdo con la DGAC, ambos aviones presentaron desde enero al menos 30 incidentes. Por ejemplo, indicó, el Boeing Bravo 727-200 CP 2462 se puso en tierra por haberse evidenciado inseguridad para volar porque a pocos minutos de salir de Cobija con destino a La Paz volvió a Cobija por alarma de fuego en el motor y al salir nuevamente desvió a Cochabamba por emergencia por baja de aceite. Entretanto, el Boeing 727-200 CP 2498 sufrió varios percances, como el reportado en un vuelo entre Santa Cruz y Miami en el que tuvo que desviar a Cochabamba por la pérdida de tres generadores.
Trigo recordó que se habló con los representantes de AeroSur para comunicarles los desperfectos y advertirles que tienen problemas con lo que denominan “aseguramiento de calidad”.
Roca admitió que se presentaron percances, pero aclaró que, si se toman en cuenta los vuelos de esas naves, que suman 1.820, las fallas reportadas representan sólo el 1,65 por ciento, por lo tanto, son eficientes. Anunció que en tres días a más tardar las naves serán reparadas y nuevamente estarán listas para volar.
Trigo señaló que Bolivia es el único país que aún opera con los Boeing 727, cuando en otros países éstos son sólo utilizados como cargueros o en vuelos chárter debido a su antigüedad, de más de 25 años. AeroSur opera con tres naves de este tipo. Según Roca, las aeronaves de Transporte Aéreo Militar (TAM) tienen 29 años; las de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), 50 años, y las de BoA, entre 18 y 19 años de recorrido.
AeroSur denunció que BoA contrató servicios sin previa licitación.
ATT desestima denuncia contra BoA
La Autoridad de Fiscalización y Control de Transportes y Telecomunicaciones (ATT) descartó que la línea aérea estatal Boliviana de Aviación (BoA) haya incurrido en competencia desleal en contra de AeroSur al ofrecer la promoción “dos por uno” por la inauguración de la ruta hacia Buenos Aires, Argentina.
El director de la ATT, Mario Sapienza, dijo: “Hemos recibido la denuncia (de AeroSur), pero la hemos desestimado”. En su criterio, todo operador puede recurrir a ofertas para promocionar sus servicios, “las condiciones están dadas”.
“Lo que queremos —dijo— es que haya muchos ofertantes porque la demanda es grande y así el usuario elige”.
Descartó también que la empresa estatal BoA esté siendo favorecida con presupuestos y transferencias del Estado.
Para el presidente de AeroSur, Humberto Roca, era de esperarse un informe de esta naturaleza, que libere de responsabilidad a BoA, porque los miembros tanto de la ATT como del Viceministerio de Transportes y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) responden al Ministerio de Obras Públicas, es decir, al Gobierno.
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