En el estacionamiento del Comando de la Armada, en La Paz, un grupo de técnicos trabaja para ahorrarle al país $us 250.000. Allí se construyen cinco lanchas patrulleras de fibra de vidrio que se utilizarán para el entrenamiento militar. El costo de contrucción de cada una es de $us 10.000. Sin embargo, el precio en el mercado internacional es de $us 60.000.
“Hace unos años, el Estado hubiera tenido que erogar ese gasto. Pero hoy tenemos el personal capacitado y las herramientas para construir embarcaciones tanto para nosotros como para el uso civil y comercial”, señala el comandante en jefe de la Armada Boliviana, almirante Armando Pacheco.
Los oficiales de la Armada tienen agenda llena. El 2010 la Armada, a través de Transnaval, competirá por el transporte de carga con empresas trasnacionales argentinas y paraguayas en la Hidrovía Paraguay-Paraná. “Por primera vez en nuestra historia, Bolivia contará con un tren de barcazas allí. Transportaremos el mineral del Mutún y el diesel que importa YPFB, y ofreceremos nuestros servicios a otras empresas privadas”, complementa el comandante en Jefe de las FFAA, almirante José Luis Cabas.
El negocio del transporte naviero en la Hidrovía es millonario. Sólo por el transporte del diesel por parte de la Armada, el Estado se ahorrará $us 12 millones anualmente. Los ingresos por el transporte de la producción de Jindal al Atlántico, entretanto, aún no pueden ser cuantificados. Dentro de una semana, la Armada iniciará en Quijarro la contrucción del que será el más grande remolcador del país, de cara a su ambicioso plan.
“Dentro de siete años se recuperará la inversión (450 millones de dólares) y se generará para el Estado millones de dólares. La Armada, por su parte, dejará de ser una carga para el Tesoro. Ahora, por ejemplo, con los ingresos que generamos pagamos el costo de profesionalización de nuestros oficiales: Bs 8 millones”, dice Pacheco.
Como la Armada, la Fuerza Aérea (FAB) y el Ejército potencian su visión empresarial para ahorrar y generar recursos para el Estado. Incluso algunos de los emprendimientos militares ya se autosustentan y permiten a sus unidades contar con ingresos que les ayudan a paliar sus necesidades.
Una muestra de ello es Transportes Aéreos Militares (TAM). El año pasado, esta línea aérea generó Bs 20 millones. La empresa pasó de contar con una nave operable a trabajar con seis aeronaves comerciales en menos de cuatro años. La buena administración de la línea permitió a la FAB adquirir con sus propios ingresos una de las aeronaves de su flotilla, tal y como lo informó el ministro de Defensa, Walker San Miguel.
Este año, TAM apunta a consolidarse en el duro mercado nacional y tiene la mirada en el exterior. En esa línea, se prevé para el próximo mes la compra de una nueva aeronave BAe 146/200. Además, se buscará la certificación del taller de mantenimiento AMO-145, con el objetivo de desarrollar trabajos mayores para las aeronaves propias del TAM y de otras empresas.
Una empresa que ya tiene presencia en la región es Transporte Aéreo Boliviano (TAB), que se encarga del transporte de carga.
“Es la empresa de carga más importante del país. Tiene licencia para operar en EEUU y ya ha realizado el transporte de carga a países como Venezuela y Perú”, destaca el ministro San Miguel.
El Ejército, entretanto, brinda apoyo a la construcción y reparación de caminos, puentes y otras obras civiles en las áreas rurales con los batallones de Ingeniería.
Su plan de desarrollo prevé la construcción de 3.000 kilómetros de carreteras, además de 1.500 kilómetros de sistemas de riego.
Además, la producción de la ex Fábrica Nacional de Explosivos, hoy Fanexa, nutre a empresas mineras de Perú, Chile y Brasil. Se proyecta que los explosivos de uso civil sean utilizados, además, por la empresa Jindal en el Mutún.
“Se está dando un enfoque más empresarial a las FFAA. Ese es uno de los desafíos. No podemos compararnos con grandes empresas, pero ahorramos recursos al Tesoro y ayudamos al Estado a abastecernos, ya sea con la producción de alimentos a través de carpas solares, como con la elaboración de municiones y la construcción de naves”, manifiesta Cabas.
Opinión
“Se flexibilizó la fiscalización”
GABRIEL DABDOUB. Presidente de la CEPB.
“Las iniciativas para apuntalar a las Fuerzas Armadas son importantes. Sin embargo, es una pena que ahora el Gobierno ha flexibilizado toda fiscalización a las organizaciones estatales. Esa es una gran preocupación en este tema donde se manejan cifras grandes de dinero. Estamos viendo altos grados de corrupción en distintos sectores como la ABC, YPFB y Vivienda. En ese sentido, es importante ser facilitador, pero también es necesario ser un buen fiscalizador. Y es en eso que el Gobierno se está aplazando. Esperemos que los sistemas de control a las empresas de las Fuerzas Armadas sean los adecuados. Por otro lado, si bien se habla de que la Naval trabajará en el traslado de la producción del Mutún, se debe primero saber quién manejará y construirá el ferrocarril. Hay temas sobre el Mutún que demuestran una falta de administración del Gobierno”.
Entrevista
“Las FFAA demuestran hoy que son capaces de impulsar el desarrollo”
WALKER SAN MIGUEL, ministro de Defensa, asegura que la mayoría de las empresas que son dirigidas por las FFAA se autosustentan.
El ministro de Defensa, Walker San Miguel, señala que el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea Boliviana han generado emprendimientos sostenibles que generan ahorro y ganancias al Estado.
¿Qué rol le asigna en el orden productivo la nueva Constitución a las Fuerzas Armadas?
De acuerdo a la nueva visión constitucional, las Fuerzas Armadas tienen ahora que estar inmersas en el desarrollo nacional. Eso implica desde construir caminos hasta desarrollar municiones.
En este tema es importante destacar que en los años 70 se crearon instituciones como Cofadena, que tenía la intención de impulsar la producción en el país, incluso de vehículos. Pero no hubo continuidad en estas políticas. Desde los años 80 el modelo neoliberal posterga toda posibilidad de que las FFAA se incorporen en el desarrollo preindustrial e industrial. Más bien se castiga al sector Defensa con la reducción de su presupuesto. La política de libre mercado dejó de lado el fomento a las empresas productivas, incluso las de servicios vitales como el TAM. Ésta se encontraba a punto de cerrar operaciones por falta de aeronaves. Ahora cuenta con seis naves y se proyecta aumentar su flota.
Nuestro Gobierno está enfocado ahora en el fomento a las llamadas industrias o empresas que tienen que ver con las FFAA. Así, las FFAA están demostrando ahora que son productivas y son capaces de impulsar desarrollo.
¿Tiene el Estado los recursos para potenciar las FFAA?
En el caso del TAM, la inversión prácticamente ha sido un crédito concesional chino de 32 millones de dólares, con 20 años de plazo y tasas bajas. Las naves BAe no requirieron fondos del Estado. La Fuerza Aérea se ha autofinanciado gracias a la gestión de sus comandantes, demostrando que puede manejar una empresa grade.
En el caso de las barcazas para la Naval, hay una aprobación en el presupuesto de 30 millones de dólares. Pero queremos optimizar esta cifra consiguiendo un crédito de Argentina o de otro país para otras tareas operativas. Hay que tener en cuenta que un tren de barcazas no es nada frente a cientos de trenes de barcazas que circulan por la Hidrovía Paraguay-Paraná, la totalidad del sector privado. Estamos demostrando que sí es posible también potenciar una empresa militar.
La propia Cofadena está reactivándose, está saliendo de las cifras rojas, ya que estaba prácticamente en quiebra. En los últimos tres años ha mejorado su rendimiento financiero, está planificando proyectos de ampliación de la Fábrica Boliviana de Municiones, de la Empresa de Perforación de Pozos de Agua, que si bien ahora trabaja con maquinaria antigua, ahora tiene el interés de renovar su equipo para trabajar en el Chaco y donde la falta de precipitaciones hace importante sacar el agua de las profundidades.
¿Se puede hablar de industria y de empresas militares?
No usaría el término empresas militares, que suena más a desarrollar el ámbito bélico. Son empresas que ofrecen servicios. Es la cara de las Fuerzas Armadas ligada a lo social. Es un trabajo de años. Gracias al trabajo del TAM en los años 60, por ejemplo, hoy existen empresas privadas que operan en las rutas del oriente boliviano. En su momento esas rutas las abrió el TAM, quizás trabajando a pérdida.
“Hace unos años, el Estado hubiera tenido que erogar ese gasto. Pero hoy tenemos el personal capacitado y las herramientas para construir embarcaciones tanto para nosotros como para el uso civil y comercial”, señala el comandante en jefe de la Armada Boliviana, almirante Armando Pacheco.
Los oficiales de la Armada tienen agenda llena. El 2010 la Armada, a través de Transnaval, competirá por el transporte de carga con empresas trasnacionales argentinas y paraguayas en la Hidrovía Paraguay-Paraná. “Por primera vez en nuestra historia, Bolivia contará con un tren de barcazas allí. Transportaremos el mineral del Mutún y el diesel que importa YPFB, y ofreceremos nuestros servicios a otras empresas privadas”, complementa el comandante en Jefe de las FFAA, almirante José Luis Cabas.
El negocio del transporte naviero en la Hidrovía es millonario. Sólo por el transporte del diesel por parte de la Armada, el Estado se ahorrará $us 12 millones anualmente. Los ingresos por el transporte de la producción de Jindal al Atlántico, entretanto, aún no pueden ser cuantificados. Dentro de una semana, la Armada iniciará en Quijarro la contrucción del que será el más grande remolcador del país, de cara a su ambicioso plan.
“Dentro de siete años se recuperará la inversión (450 millones de dólares) y se generará para el Estado millones de dólares. La Armada, por su parte, dejará de ser una carga para el Tesoro. Ahora, por ejemplo, con los ingresos que generamos pagamos el costo de profesionalización de nuestros oficiales: Bs 8 millones”, dice Pacheco.
Como la Armada, la Fuerza Aérea (FAB) y el Ejército potencian su visión empresarial para ahorrar y generar recursos para el Estado. Incluso algunos de los emprendimientos militares ya se autosustentan y permiten a sus unidades contar con ingresos que les ayudan a paliar sus necesidades.
Una muestra de ello es Transportes Aéreos Militares (TAM). El año pasado, esta línea aérea generó Bs 20 millones. La empresa pasó de contar con una nave operable a trabajar con seis aeronaves comerciales en menos de cuatro años. La buena administración de la línea permitió a la FAB adquirir con sus propios ingresos una de las aeronaves de su flotilla, tal y como lo informó el ministro de Defensa, Walker San Miguel.
Este año, TAM apunta a consolidarse en el duro mercado nacional y tiene la mirada en el exterior. En esa línea, se prevé para el próximo mes la compra de una nueva aeronave BAe 146/200. Además, se buscará la certificación del taller de mantenimiento AMO-145, con el objetivo de desarrollar trabajos mayores para las aeronaves propias del TAM y de otras empresas.
Una empresa que ya tiene presencia en la región es Transporte Aéreo Boliviano (TAB), que se encarga del transporte de carga.
“Es la empresa de carga más importante del país. Tiene licencia para operar en EEUU y ya ha realizado el transporte de carga a países como Venezuela y Perú”, destaca el ministro San Miguel.
El Ejército, entretanto, brinda apoyo a la construcción y reparación de caminos, puentes y otras obras civiles en las áreas rurales con los batallones de Ingeniería.
Su plan de desarrollo prevé la construcción de 3.000 kilómetros de carreteras, además de 1.500 kilómetros de sistemas de riego.
Además, la producción de la ex Fábrica Nacional de Explosivos, hoy Fanexa, nutre a empresas mineras de Perú, Chile y Brasil. Se proyecta que los explosivos de uso civil sean utilizados, además, por la empresa Jindal en el Mutún.
“Se está dando un enfoque más empresarial a las FFAA. Ese es uno de los desafíos. No podemos compararnos con grandes empresas, pero ahorramos recursos al Tesoro y ayudamos al Estado a abastecernos, ya sea con la producción de alimentos a través de carpas solares, como con la elaboración de municiones y la construcción de naves”, manifiesta Cabas.
Opinión
“Se flexibilizó la fiscalización”
GABRIEL DABDOUB. Presidente de la CEPB.
“Las iniciativas para apuntalar a las Fuerzas Armadas son importantes. Sin embargo, es una pena que ahora el Gobierno ha flexibilizado toda fiscalización a las organizaciones estatales. Esa es una gran preocupación en este tema donde se manejan cifras grandes de dinero. Estamos viendo altos grados de corrupción en distintos sectores como la ABC, YPFB y Vivienda. En ese sentido, es importante ser facilitador, pero también es necesario ser un buen fiscalizador. Y es en eso que el Gobierno se está aplazando. Esperemos que los sistemas de control a las empresas de las Fuerzas Armadas sean los adecuados. Por otro lado, si bien se habla de que la Naval trabajará en el traslado de la producción del Mutún, se debe primero saber quién manejará y construirá el ferrocarril. Hay temas sobre el Mutún que demuestran una falta de administración del Gobierno”.
Entrevista
“Las FFAA demuestran hoy que son capaces de impulsar el desarrollo”
WALKER SAN MIGUEL, ministro de Defensa, asegura que la mayoría de las empresas que son dirigidas por las FFAA se autosustentan.
El ministro de Defensa, Walker San Miguel, señala que el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea Boliviana han generado emprendimientos sostenibles que generan ahorro y ganancias al Estado.
¿Qué rol le asigna en el orden productivo la nueva Constitución a las Fuerzas Armadas?
De acuerdo a la nueva visión constitucional, las Fuerzas Armadas tienen ahora que estar inmersas en el desarrollo nacional. Eso implica desde construir caminos hasta desarrollar municiones.
En este tema es importante destacar que en los años 70 se crearon instituciones como Cofadena, que tenía la intención de impulsar la producción en el país, incluso de vehículos. Pero no hubo continuidad en estas políticas. Desde los años 80 el modelo neoliberal posterga toda posibilidad de que las FFAA se incorporen en el desarrollo preindustrial e industrial. Más bien se castiga al sector Defensa con la reducción de su presupuesto. La política de libre mercado dejó de lado el fomento a las empresas productivas, incluso las de servicios vitales como el TAM. Ésta se encontraba a punto de cerrar operaciones por falta de aeronaves. Ahora cuenta con seis naves y se proyecta aumentar su flota.
Nuestro Gobierno está enfocado ahora en el fomento a las llamadas industrias o empresas que tienen que ver con las FFAA. Así, las FFAA están demostrando ahora que son productivas y son capaces de impulsar desarrollo.
¿Tiene el Estado los recursos para potenciar las FFAA?
En el caso del TAM, la inversión prácticamente ha sido un crédito concesional chino de 32 millones de dólares, con 20 años de plazo y tasas bajas. Las naves BAe no requirieron fondos del Estado. La Fuerza Aérea se ha autofinanciado gracias a la gestión de sus comandantes, demostrando que puede manejar una empresa grade.
En el caso de las barcazas para la Naval, hay una aprobación en el presupuesto de 30 millones de dólares. Pero queremos optimizar esta cifra consiguiendo un crédito de Argentina o de otro país para otras tareas operativas. Hay que tener en cuenta que un tren de barcazas no es nada frente a cientos de trenes de barcazas que circulan por la Hidrovía Paraguay-Paraná, la totalidad del sector privado. Estamos demostrando que sí es posible también potenciar una empresa militar.
La propia Cofadena está reactivándose, está saliendo de las cifras rojas, ya que estaba prácticamente en quiebra. En los últimos tres años ha mejorado su rendimiento financiero, está planificando proyectos de ampliación de la Fábrica Boliviana de Municiones, de la Empresa de Perforación de Pozos de Agua, que si bien ahora trabaja con maquinaria antigua, ahora tiene el interés de renovar su equipo para trabajar en el Chaco y donde la falta de precipitaciones hace importante sacar el agua de las profundidades.
¿Se puede hablar de industria y de empresas militares?
No usaría el término empresas militares, que suena más a desarrollar el ámbito bélico. Son empresas que ofrecen servicios. Es la cara de las Fuerzas Armadas ligada a lo social. Es un trabajo de años. Gracias al trabajo del TAM en los años 60, por ejemplo, hoy existen empresas privadas que operan en las rutas del oriente boliviano. En su momento esas rutas las abrió el TAM, quizás trabajando a pérdida.
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