Tres cruceños representarán a Bolivia en el concurso de aviones de papel que se realizará en Chile. De allí saldrán los finalistas al certamen mundial a realizarse en Austria. LA CREACIÓN DE AEROPLANOS DE PAPEL TIENE ANTECEDENTES MILENARIOS Y ES DE INTERÉS DE INVESTIGADORES Y AFICIONADOS. Imaginación y creatividad son ingredientes importantes
Texto: Ricardo Herrera F./ Fotos: Agapito paco/Red Bull
Cuando unos amigos le dijeron a Roberto Añez (21) que iban a participar en una competencia para hacer avioncitos de papel, lo primero que pensó y les respondió fue que le parecía “aburrido y demasiado infantil” y, si bien le entusiasmó la idea de ganarse el primer premio de un viaje a Chile con todo pagado, estuvo a punto de no acudir al certamen organizado por Red Bull en el coliseo de la UPSA el pasado 8 de marzo.
A regañadientes y solo porque “no tenía nada más que hacer” decidió seguirlos y se inscribió en el concurso. Nunca se imaginó que el pequeño avión que creó con una hoja de papel, tamaño carta, sería su boleto para representar al país en la final regional del Red Bull Paper Wing que se celebrará en Viña del Mar y al que también acudirán otros dos cruceños, Luis Montaño y José María León. Ellos tienen la posibilidad de clasificar a la gran final que reunirá a los mejores creadores de aviones de papel en Salzburgo, Austria.
El hacer aviones de papel parece solo un divertimento de niños, sin embargo no lo es ni lo ha sido a lo largo de la historia. Es un juguete milenario que sigue siendo utilizado en experimentos de aviación, de física, de manera artística y para descubrir talentos a veces ocultos, como el de Roberto, que reconoce que siempre tuvo problemas con los estudios. Salió bachiller de un Cema y eligió dedicarse al skate a tiempo completo. Ya ha ganado varios certámenes departamentales. Ahora sumó un logro más al obtener el primer lugar en la categoría de acrobacia aérea. Su avión logró realizar la mayor cantidad de piruetas en el aire.
El evento organizado por la conocida bebida energética tuvo una primera versión en Bolivia en 2009 y este año, luego de una etapa clasificatoria en Cochabamba, concluyó en la final realizada en Santa Cruz, a la que se presentaron más de un centenar de universitarios, a los que estaba destinado el certamen.
Los participantes tenían que crear sus aviones con las hojas de papel que minutos antes le daban los organizadores. No había más ayuda que apelar al ingenio y la creatividad, ya que solo se permitían dos lanzamientos. Eso lo sabía bien José María León (19), estudiante de Ingeniería Industrial y de Sistemas, que participó en una de las categorías más reñidas y que tuvo el mayor número de competidores: la de mayor distancia. José María cuenta que empezó a practicar por la mañana y realizó más de una veintena de aviones antes de lograr el que finalmente le daría la victoria y con el que obtendría el récord nacional con 42 metros de distancia.
Luis Montaño (19) fue el tercer ganador. Este estudiante de Ingeniería y Administración Petrolera confiesa que no hacía aviones de papel desde que era niño, pero animado por su catedrática de Física decidió participar. Su avión logró el mayor tiempo en el aire (8 segundos y 16 milésimas). “El secreto está en la forma de las alas y en la punta del avión”, explica Luis que es de Pulquina, población de los valles cruceños, pero que desde hace casi dos años vive con dos de sus hermanas por el kilómetro 9 de la carretera a La Guardia.
AVIONES CON HISTORIA
Los aviones de papel son mucho más antiguos que cualquiera de los que ha desarrollado la industria aeronáutica. Sus orígenes se remontan a China, donde 2.000 años atrás ya se utilizaba el papel para hacer juguetes y uno de los entretenimientos más populares eran los cometas o volantines. Cientos de años después Leonardo Da Vinci, precursor de inventos modernos como el helicóptero, proyectó la creación de un avión hecho de pergaminos. En el siglo XIX, el inventor británico George Cayley creó modelos de planeadores, que luego sirvieron para el desarrollo de la aeronáutica. Los ensayos realizados por Cayley fueron hechos con aviones de papel.
Sin embargo, recién en la década de los años 30 el estadounidense Jack Northrop utilizó los prototipos de papel en los laboratorios de investigación para aplicar los resultados en los aeroplanos reales. Northrop es conocido en el mundo de la aeronáutica por haber desarrollado aviones que ahora están en uso, como el B-2 stealth bomber que actualmente utiliza la fuerza aérea estadounidense.
En nuestros días los aeroplanos de papel se siguen usando como modelos en la construcción de aeronaves y hay una buena cantidad de investigadores, sobre todo físicos, que los utilizan para sus indagaciones en aerodinámica.
A modo de juego, también se los usa para que niños y jóvenes asimilen de mejor manera sus primeros conocimientos acerca de aerodinámica aeronáutica y en el aprendizaje de temas relacionados con la física.
Estos avioncitos igualmente se han convertido en una rama de la papiroflexia, que es la técnica de doblar y desdoblar papel, con el fin de obtener figuras semejantes a objetos y seres vivos reales, también conocida con su nombre en japonés origami. De allí es que surge la especialidad que en español se conoce como aerogami.
Tratar de conseguir nuevos logros en el desarrollo de estos pequeños aviones ha sido constante en las últimas décadas. Uno de los más recientes lo obtuvo Joe Ayoob, un exmariscal de campo de fútbol americano que logró que su avioncito de papel llegara a los 69 metros de distancia. Para lograrlo contó con la colaboración de un experto en origami, John Collins, que durante años había tratado de superar, sin éxito, el récord anterior de 63 metros de distancia que poseía Sthephen Kreiger.
Collins ya había probado a dos mariscales de campo con anterioridad, pero el diseño de su avión y la fuerza del brazo de Ayoob lograron la marca que hoy está en el libro Guinnes.
Otro que tiene un récord Guinnes sin superar es Ken Blackburn, un ingeniero aeronáutico que desde 1998 ostenta la marca mundial de un avión de papel en el aire. Este californiano que ha trabajado en el desarrollo de aeronaves militares y comerciales, logró que su avioncito estuviera en el aire 27 segundos con 6 milésimas.
Blackburn ha tomado muy en serio esta actividad y ya tiene escrito libros para niños y aficionados a los aviones de papel, además de un página web donde se puede encontrar una guía para profesores de colegio.
El mundo de los aviones de papel apasiona a grandes y chicos y es de interés tanto de aficionados como de investigadores. Cualquiera de ellos puede crear o descubrir algo nuevo para la aerodinámica. Tal vez Roberto, José María o Luis puedan ser uno de ellos. Solo es cuestión de creatividad y también de hacer volar la imaginación.
" Hueveando le encontré el hilo y si le pongo más ganas seguro que me saldrán mejor los avioncitos”
Roberto Añez
"Fue una sorpresa ganar y también seguramente lo será para mis padres que viven en provincia”
Luis Montaño
"Solo hacía avioncitos para hacer ‘jochas’ en clases en la época de colegio. Ahora me voy a preparar para Chile"
José María León
Simetría
Sostené el avioncito a la altura de los ojos. Todo lo que veas de un lado tiene que verse igual del otro.
Forma de Y
Las alas y el cuerpo tienen que formar una Y. Si no le das este ángulo a las alas, el avión se dará vuelta en el aire y volará boca abajo. Tené en cuenta que cuando lances el avión las alas tenderán a achatarse un poco, asi que es buena idea darles un poquito más de ángulo al ajustarlas. Con las alas en ángulo plano el avión dará una vuelta de campana y volará boca abajo:
Alerones
Los alerones están ubicados en la parte de atrás de las alas y del cuerpo y con ellos podés corregir los movimientos hacia arriba, hacia abajo y hacia los costados. Siempre hacé correcciones pequeñas -pequeños ajustes producen grandes cambios.
Plegado
Tratá de que los pliegues sean bien precisos y marcados; un pliegue bien marcado puede manipularse mejor y en caso de error puede darse vuelta el pliegue. Para lograr un doblez bien ajustado, podés marcarlo con la uña o con el borde de un lápiz.
Lanzamiento
Tomá el avioncito por la parte de adelante, y lanzalo como si estuvieras tirando un dardo. Al aire libre, una buena técnica es lanzar el avioncito hacia arriba para que alcance la mayor altura posible. Así prolongarás la duración del vuelo, dándole tiempo al avioncito para su descenso.
Para conocer más
www.paperairplaneshq.com
www.origami-kids.com
www.paperplane.org
www.redbullpaperwing.com.
www.paperairplanes.co.uk
www.avioncitosdepapel.com
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