Fuentes del Poder Ejecutivo denunciaron ayer a este medio irregularidades en el trámite para calificar a una donación japonesa de cuatro radares para la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), medida que postergaría dicho proyecto.
“La actitud de las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y de AASANA postergará la ejecución del proyecto, al querer alterar en más de 10 veces los precios estimados en el proyecto desarrollado por los técnicos especializados de AASANA”, señala un documento al que tuvo acceso este medio. En junio del 2006, AASANA y la Embajada de Japón en Bolivia acuerdan actualizar un proyecto de radarización, cuyo estudio daba como resultado una inversión de 10,48 millones de dólares para equipar con radares a cuatro aeropuertos.
Tras el cambio del director de AASANA y la intervención de la empresa Mitsubishi, realizada entre febrero y julio del 2007, se actualiza el proyecto y se hacen modificaciones. Con las nuevas especificaciones, el costo de referencia para la adquisición de un solo radar para el aeropuerto de El Alto sube a 17,8 millones de dólares. El 4 de noviembre, el director de AASANA, Rimort Chávez, dijo que se requerían 80 millones de dólares para modernizar e instalar cinco radares en todo el territorio nacional. Este medio intentó contactarse con Chávez, pero su celular estaba apagado.
“Es una estimación (lo de los 80 millones), pero obviamente si no calificamos para la donación, tenemos que licitar la adquisición y ahí se verán los costos reales”, indicó por su parte el ex director de Transporte Aéreo y actual gerente de la empresa estatal Aerolíneas Bolivianas (BoA), Ronald Casso. El funcionario, que encaminó el proyecto para su financiamiento, dijo que la cooperación japonesa (JICA) pidió cambiar los términos de referencia, ya que el costo de cada uno de los radares era de 17 ó 20 millones de dólares.
Sin embargo, el consejero de la Embajada del Japón en Bolivia, Hajime Naganuma, indicó que el proyecto presentado por el Gobierno era sólo por 10,48 millones de dólares. La donación aún no fue aprobada por el Japón.
“La actitud de las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y de AASANA postergará la ejecución del proyecto, al querer alterar en más de 10 veces los precios estimados en el proyecto desarrollado por los técnicos especializados de AASANA”, señala un documento al que tuvo acceso este medio. En junio del 2006, AASANA y la Embajada de Japón en Bolivia acuerdan actualizar un proyecto de radarización, cuyo estudio daba como resultado una inversión de 10,48 millones de dólares para equipar con radares a cuatro aeropuertos.
Tras el cambio del director de AASANA y la intervención de la empresa Mitsubishi, realizada entre febrero y julio del 2007, se actualiza el proyecto y se hacen modificaciones. Con las nuevas especificaciones, el costo de referencia para la adquisición de un solo radar para el aeropuerto de El Alto sube a 17,8 millones de dólares. El 4 de noviembre, el director de AASANA, Rimort Chávez, dijo que se requerían 80 millones de dólares para modernizar e instalar cinco radares en todo el territorio nacional. Este medio intentó contactarse con Chávez, pero su celular estaba apagado.
“Es una estimación (lo de los 80 millones), pero obviamente si no calificamos para la donación, tenemos que licitar la adquisición y ahí se verán los costos reales”, indicó por su parte el ex director de Transporte Aéreo y actual gerente de la empresa estatal Aerolíneas Bolivianas (BoA), Ronald Casso. El funcionario, que encaminó el proyecto para su financiamiento, dijo que la cooperación japonesa (JICA) pidió cambiar los términos de referencia, ya que el costo de cada uno de los radares era de 17 ó 20 millones de dólares.
Sin embargo, el consejero de la Embajada del Japón en Bolivia, Hajime Naganuma, indicó que el proyecto presentado por el Gobierno era sólo por 10,48 millones de dólares. La donación aún no fue aprobada por el Japón.
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