La imputación por homicidio culposo, lesiones graves y leves contra el piloto y la copiloto de la nave de Aerocon, por el siniestro ocurrido en noviembre de 2013 que dejó ocho muertos, es considerada “un exceso” por el abogado especialista en aeronáutica, Jorge Valle.
La comisión de fiscales fijó el inicio del juicio contra el piloto Kevin Roca y la copiloto Cecilia Sdenka Tapia para ayer por la mañana, en Riberalta, donde ocurrió el hecho; pero la audiencia se suspendió hasta el 21 de este mes, debido a que Tapia no llegó, según información brindada por el jefe de prensa de Canal 9 de Riberalta, Rodolfo Isibene.
Este medio se contactó con la fiscal del caso, Cinthya Natush, quien no quiso dar mayores detalles, argumentando que la vocera autorizada es la fiscal de distrito del Beni, Willma Blazz, quien no pudo ser contactada.
El 3 de noviembre de 2013 un avión de Aerocon, que llevaba 18 pasajeros, cayó a tierra al llegar al aeropuerto de Riberalta y luego se incendió. El saldo fue de ocho muertos y 10 heridos.
El titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Luis Coimbra, dijo ayer a este medio que los estudios de las cajas negras pudo sólo revelar datos de una de ellas porque la otra está completamente dañada y que aún se espera el resultado del informe sobre los motores, que fueron enviados al fabricante, en Estados Unidos, para investigar si hubo una falla mecánica previa al accidente. Los resultados estarían listos en 1 o 2 meses, señaló.
Considerando los antecedentes, Valle afirmó que la Fiscalía “peca de una negligencia imperdonable” pues basó su imputación en informes que establece como preliminares. Dijo también que puede haber homicidio culposo por una acción negligente o cuando se infringió la ley sabiendo que se cometía una infracción y las acciones de Roca y Tapia no se enmarcan dentro de ninguno de los casos.
Hizo notar que Roca tomó el control de la nave en una fase del aterrizaje que le correspondía a la copiloto, lo que indica que buscaba hacer esfuerzos adicionales, y también resalta que al tocar suelo no había ningún muerto, lo que demostraría que las acciones de Roca fueron acertadas.
“La gente murió por sofocación o por asfixia, nadie murió por el golpe”, señaló para hacer notar que el aeropuerto no ofrecía las condiciones requeridas.
“Están queriendo asemejar el accidente a un accidente de tránsito, donde imputan por homicidio culposo, cuando (un accidente aéreo) es algo completamente diferente”, añadió.
El jueves pasado, en Santa Cruz, ABI informó que sobrevivientes y familiares de las víctimas del accidente pidieron ampliar la imputación contra los propietarios de la empresa.
“Estamos indignados por la forma como se están manejando las investigaciones, la Fiscalía no está tomando las versiones de nosotros los sobrevivientes en el tema de la imputación”, afirmó uno de los sobrevivientes, Luís Suárez Velarde.
Suárez dijo que se produjeron explosiones antes de aterrizar, por lo tanto lo ocurrido escapa a la responsabilidad de los pilotos.
Su versión fue corroborada por otros sobrevivientes Yaquelín Ruiz y Ernesto Morant.
Al respecto, Valle afirmó que ampliar la imputación a los propietarios sería “un exabrupto mayor”.
Sólo en mayo se registraron cinco hechos, entre accidentes y percances aéreos.
AUDITORÍA A TALLERES
El director de la DGAC, Luis Coimbra, informó ayer que las auditorías iniciadas hace algunos días a los talleres certificados de mantenimiento de aeronaves del país, están “en pleno proceso”.
Detalló que en Trinidad se audita a dos talleres, a dos o tres en Santa Cruz y también en Santa Ana, aunque no dijo a cuántos.
Añadió que los informes aún demorarán. El trabajo fue ordenado a raíz de los percances y accidentes aéreos recientes.
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