Carmen Masías, directora de la estatal Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), en rueda de prensa con medios extranjeros hizo notar que en la ciudad boliviana de Santa Cruz se han creado diez academias para formar pilotos de avionetas.
“¿Para qué?”, se preguntó Masías, dejando entrever que la demanda de pilotos podría estar ligada con el número de vuelos ilegales que ingresan a Perú.
La funcionaria señaló que semanalmente ingresan al Vraem y a la zona de Pichis Palcazu (selva central) entre siete y ocho avionetas desde Bolivia y Paraguay, que utilizan pistas de aterrizaje clandestinas para llevarse pasta básica de cocaína y clorhidrato de cocaína con destino a Bolivia y luego a Brasil, donde ha aumentado el consumo.
Sobre las pistas clandestinas, la jefa de Devida indicó que cuando la policía destruye una de esas pistas, “cinco días después se reconstruyen, o se hace otra al costado”, a veces con la ayuda de las poblaciones que en casos llegan a cobrar 10.000 dólares a los narcotraficantes por los trabajos.
Para frenar estos ingresos la Fuerza Aérea Peruana ejecuta desde junio pasado vuelos de “interdicción aérea no letal”, informó Alberto Hart, asesor de Devida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario