Martishew Basili, un piloto de nacionalidad rusa, su esposa, una mujer y dos niños (uno de ellos bebé) perdieron la vida la noche del lunes, después de que la avioneta en la que viajaban se estrelló en una zona agrícola de la localidad de San Juan del Piraí, ubicada al norte del departamento cruceño y donde viven inmigrantes dedicados a la plantación de soya.
Según el informe del titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Luis Trigo, la nave despegó a las 18:08, a pesar de que se le había negado el permiso para operar desde el aeropuerto El Trompillo porque ya se había pasado aproximadamente con 20 minutos del horario límite permitido.
Trigo explicó que las 17:48 es el horario máximo en que se puede operar desde El Trompillo porque no es un aeropuerto categoría H24. Al carecer de infraestructura para trabajar en la noche sólo está habilitado desde la salida hasta la puesta del sol.
“Se trata de una aeronave Cessna 172 con matrícula CP-2492. De acuerdo con un mensaje recibido por la estación de Aasana El Trompillo, la avioneta despegó a las 18:08 y tenía como destino la pista agropecuaria Arco Iris; sin embargo, alzó vuelo sin autorización y sin comunicarse con la torre de control”, insistió Trigo.
La avioneta se accidentó a las 19:30, aproximadamente. Refieren testigos que, al descender, la aeronave rozó un árbol con el ala izquierda y se desestabilizó. La nave cayó, se incendió y explotó, provocando la muerte instantánea de cuatro ocupantes. Un niño de siete años sobrevivió al impacto, pero murió a las pocas horas.
David Basili, el hermano del piloto, informó de que los restos de las víctimas están siendo velados en la Colonia Piraí, a unos 130 kilómetros de Montero. Indicó que su familia estaba consternada por lo ocurrido y comentó que su hermano Martishew tenía 30 años y trabajaba desde hace varios años en esa localidad.
Según Leonardo Vargas, jefe de la Oficina de Investigación de Accidentes de la DGAC, este siniestro se puede atribuir al estrés del piloto y también a la falta de condiciones para el vuelo nocturno.
Trigo informó de que en sólo un mes ocurrieron en el país tres accidentes y se reportó la pérdida de una aeronave. “Vemos que esto escapa al control de la DGAC y de Aasana porque han operado fuera de horario establecido”, sostuvo. Anunció que sostendrá reuniones con el ministro de Servicios y Obras Públicas, Wálter Delgadillo, para proponer soluciones preventivas que eviten tantas tragedias.
El último accidente aéreo registrado en el departamento, ocurrió el 11 de abril en Concepción.
Cuatro naves accidentadas en un mes
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) informó ayer de que en un mes se registraron cuatro accidentes aéreos con naves pequeñas, en diversos puntos del país.
El director de la DGAC, Luis Trigo, atribuye los hechos a contravenciones con la normativa aérea, principalmente vuelos que operan en horarios que no son permitidos.
El 5 de mayo se registró la pérdida de una nave que partió de Santa Ana del Yacuma con dirección a un aserradero en Guarayos y que no reportó su posición.
El 11 de abril una aeronave pequeña se precipitó en la localidad de Concepción. Mientras, el lunes 11 la Policía de Brasil encontró los restos de una presunta narcoavioneta boliviana.
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