La Aduana Nacional de Bolivia (ANB) informó ayer que ejecutará las boletas de garantía de dos naves Boeing 727-200 del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) y las rematará en los próximos días debido que venció el plazo para que permanezcan en Bolivia y no se regularizó su situación.
La aerolínea aseguró que desconocía la decisión y aguardará las acciones de la entidad. Pero aclaró que no es dueña de ninguno de esos aviones (con matrículas CP-2464 y CP-2455) y que, de forma irregular, el primero de ellos se encuentra en manos de la empresa AeroSur.
De acuerdo con un reporte de la entidad, el 5 de abril feneció el plazo de permanencia de la nave CP-2464, y el 6 de abril, el del avión CP-2455.
Se conoció que ambas naves ingresaron en Bolivia en 2006 bajo un régimen temporal que permitía internar maquinaria para realizar obras en el territorio boliviano, pero que después de cumplir con sus servicios debían salir en el mismo estado físico en el que entraron. Y mientras permanecían en Bolivia no pagaban impuestos aduaneros.
Cumplido el plazo, lo que correspondía era que el Lloyd reexportara las naves o las nacionalizara para que se quedaran en territorio nacional. Para esto último, tenía que previamente honrar los tributos y gravámenes de ley como cualquier otra mercancía.
Sin embargo, como la empresa no hizo ni lo uno ni lo otro, en la Aduana informaron que la entidad está habilitada para ejecutar la boleta de garantía, incautarse de los aviones y posteriormente rematarlos para cobrar los gravámenes arancelarios pendientes.
El valor de las boletas de garantía bordea los 621.000 bolivianos. El reporte de la ANB da cuenta de que el valor fijado para la nave CP-2464 asciende a 62.768 dólares (unos 459.000 bolivianos) y el de la segunda, a 120.000 Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV), unos 162.000 bolivianos.
Fuentes del sector aeronáutico precisaron que el precio de una nave fluctúa entre uno y dos millones de dólares.
El presidente del Directorio Ejecutivo del Lloyd, Marcelo Goldman, informó que hasta la tarde de ayer no recibió ninguna notificación de la Aduana sobre la ejecución de las boletas ni sobre un eventual remate. Pero anticipó que si en aplicación de las normas la ANB “hace lo que tiene que hacer, el Lloyd también hará lo que tiene que hacer”.
El reporte de la Aduana da cuenta de que se asumió esa decisión luego de que en dos oportunidades (el 14 y el 21 de mayo) los ejecutivos del LAB no se presentaran a las citas programadas para esclarecer la situación de las naves. Explicaron que hubo una cita el 26 de mayo, pero no llegaron a nada.
Goldman, en cambio, aseguró que había algunos avances, por lo cual se declaró sorprendido con el anuncio.
El ejecutivo contó que en reiteradas oportunidades el Lloyd ha solicitado a la entidad que le practicase una auditoría “con el propósito de evitar desavenencias” sobre asuntos aduaneros, como el caso en cuestión, pero ésta nunca lo hizo.
La entidad informó que su misión no es realizar auditorías porque sólo se encarga de fiscalizar la internación y exportación de productos.
¿Irregularidades?
Goldman contó que en el caso de la aeronave CP-2464 existe un acto irregular, cuya indagación la conduce la Fiscalía y que podría ser “encubierto” por la Aduana si se procediera con el remate sin una investigación previa.
La firma Aviation Capital Group, dueña de la nave, solicitó su devolución al LAB y firmó un documento en el que constaba la entrega. Según Goldman, luego el avión fue vendido a AeroSur y permanece en la base de la Fuerza Aérea Boliviana ubicada en Cochabamba.
El ejecutivo reveló que la nave fue desmantelada y se la tiene ahí “de contrabando”.
Aseguró que el Lloyd quiere pagar los tributos aduaneros pendientes, entre otros, pero para ello, primero, la Aduana debe coadyuvar para regularizar el estado del avión.
En la entidad aclararon que no es su tuición hacerlo y que el problema es entre empresas. No se pudo conocer la versión de AeroSur al respecto.
El estado de la empresa
El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) es una empresa con más de 80 años de experiencia en el país.
En 2006, problemas internos provocados por pilotos hicieron que salieran a la luz los problemas económicos y técnicos que tenía.
El ex presidente del directorio Ernesto Asbún no presentó los estados financieros de la firma ante la Superintendencia de Empresas. Sólo constaban datos de hasta 2003.
Desde entonces, su situación se complicó debido a que tenía deudas con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), con los trabajadores, con los seguros y por el combustible.
Pese a eso, ha emprendido una serie de acciones para levantarse y retomar vuelo.
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