El boliviano, detenido tras un operativo de la Policía Federal en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, después de secuestrar un vuelo proveniente del balneario caribeño de Cancún, se las ingenió para producir el álbum que contiene cinco temas propios, cuatro con guitarra y uno con piano.
El diario mexicano obtuvo el material musical, en el que predominan los temas religiosos y el género de balada, y lo difundió hoy en su portal de Internet.
Flores, preso en el Reclusorio Oriente, en Ciudad de México, confesó en su día que en ningún momento pretendió hacer daño a nadie, sino nada más alertar a Calderón de que ocurriría en el país un gran terremoto, lo que le había sido revelado por inspiración divina.
La primera canción, un tema en guitarra, se la dedica a su "amado Jesucristo", y la segunda, en la que suma el sonido de un sintetizador, a su esposa, "que lo enseñó a madurar y a valorar".
En la tercera composición, el boliviano narra cómo un carcelero interrumpe un sueño en el que pudo ver a sus hijos, besar a su esposa y abrazar a su madre, y en la cuarta defiende que los hombres pueden cambiar el mundo aunque los llamen "locos".
Sin embargo, en la quinta canción, el secuestrador le habla al mandatario de México y manifiesta que tomó el avión y a sus tripulantes como rehenes por "amor" y que no tuvo la intención de "hacerles daño".
"Si me llaman secuestrador, agréguenle: el secuestrador que lo hizo por amor", afirma.
En la canción se refiere al alcohol como un "maldito asesino bastardo insolente", y le explica al "presidente" que "la venida de Cristo está cerca", lo que augura el fin del mundo.
"La gente se pregunta ¿cuándo será? Al poco tiempo que caí preso hubo un terremoto en Haití y no lo perciben; hubo un terremoto en Chile, hubo un terremoto en Japón ¿y todavía se preguntan cuándo será?", canta el pastor boliviano, a quien le falla a veces la voz cuando alcanza notas altas.
"Dios dice en su palabra que en los últimos tiempos la ciencia se aumentaría y la maldad se multiplicaría, y somos testigos, lo estamos viendo a diario", agrega.
"Quise decirle al presidente que nos unamos sin distinción de religión (...) a clamar por esta nación para que eso que yo soñé no ocurra nunca", asevera.
"Estoy preso en el Reclusorio Oriente, y lo vuelvo a decir, porque amo a Jesucristo y porque amo a esta nación", concluye el pastor.
En mayo pasado Josmar Flores Pereira fue condenado a 7 años y 7 meses de cárcel, pero un tribunal anuló esa resolución debido a que durante el juicio no se le practicó un examen psiquiátrico, por lo cual el boliviano deberá someterse a un estudio mental para que el juez dicte una nueva sentencia en su caso.
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