¿Te imaginas coger un vuelo a Londres y acabar en Málaga? Pues algo así de surrealista le sucedió al pasaje de un vuelo de AirAsia que debía hacer el trayecto entre Sydney, en Australia, y Kuala Lumpur, en Malasia, y terminó sin embargo en Melbourne. ¿El motivo? Un error garrafal del piloto, que no es que aterrizara a ojo, pero casi...
Según ha desvelado la investigación sobre este vuelo, que se produjo en marzo de 2015, el piloto introdujo mal las coordenadas, que había copiado manualmente: en lugar de apuntar 151° 9.8’ E puso 15° 19.8’. Es decir, hacia Melbourne: una diferencia de unos 6.000 kilómetros respecto al destino inicial.
Según la investigación del Australian Transport Safety Bureau no fue el único de los errores cometidos ese día por el comandante, quien debió levantarse con el pie torcido. Los auriculares no funcionaban bien. Se encontraba en la pista equivocada. Y a pesar de que pudo darse cuenta antes de que fuera demasiado tarde, no intentó corregir el error hasta que el avión se encontraba ya en ruta. El mal tiempo terminó de estropearlo todo impidiendo una corrección del rumbo. El capitán intentó reiniciar el sistema varias veces sin éxito. Y finalmente asumieron que no había solución: el avión aterrizó en Melbourne, donde permaneció tres horas antes de poder tomar la ruta definitiva.
Un vuelo inolvidable para todo el pasaje, que aún debe recordar la anécdota.
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