Nostalgia. Ese es el sentimiento que embarga a expilotos del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) que actualmente vuelan en empresas del exterior. Tienen ingresos “significativos”, pero aseguran que su corazón permanece en la empresa donde se formaron profesionalmente.
Roberto Mayorga es uno de ellos. Tiene 33 años y vuela desde hace cinco en la compañía aérea LAN Perú como capitán de un Airbus 320.
Antes de ingresar a trabajar en esta línea aérea, Roberto estuvo vinculado al LAB entre 2005 y 2010.
Su formación inicial la tuvo en Cochabamba en la escuela de vuelo Aero Horizontes, que pertenecía a un expiloto del LAB.
Empezó a estudiar aviación cuando cursaba el tercero medio de la secundaria, a los 16 años.
Además de volar en el LAB, trabajó como instructor en la escuela que se había formado.
En 2010 se postuló para la compañía peruana que había lanzado una convocatoria para reclutar pilotos en Bolivia, y tras ser aceptado se trasladó a ese país, dejando “con mucho dolor” el LAB.
En LAN Perú (actualmente Latam Airlines) empezó a trabajar como copiloto de Airbus. Esta compañía tiene su base en la capital Lima.
Decidió mudarse a Perú junto con Thais Moyano, quien era su enamorada entonces y ahora su esposa, con solo un par de maletas y bastantes ilusiones consigo.
Thais, quien es también piloto, le respaldó en esta decisión. En Perú formaron su hogar y tienen actualmente dos hijas, la mayor de cinco años y la menor de siete meses.
Cuando llegó a Perú se sintió bastante cómodo porque en ese país había cerca de 25 pilotos bolivianos, varios de ellos que habían volado en el Lloyd.
Roberto califica su experiencia en LAN Perú como muy buena y significativa, tanto profesional como personalmente, pero que le queda el recuerdo de haber pertenecido a una gran empresa como el Lloyd, porque influyó mucho en su formación como piloto.
Confiesa que su sueño, desde su niñez, era ser parte del LAB y lo único que lamenta es no haber podido tener una trayectoria más larga en esta empresa aérea.
Por el momento, su expectativa es permanecer en Latam porque tiene estabilidad laboral y “una significativa retribución económica”.
Con su actual empresa vuela a diferentes ciudades de Perú. En Sudamérica llega a 10 destinos, así como al Caribe y Estados Unidos, en Orlando.
Tiene también la oportunidad de volar a Bolivia con su empresa (a La Paz y Santa Cruz).
La última vez que llegó al país, en marzo de este año, aprovechó para visitar el LAB y encontró a varios de sus excompañeros que todavía permanecen en la empresa.
Roberto asegura que su familia siempre estuvo comprometida con el LAB. Su abuelo, de quien guarda buenos recuerdos, trabajó en esta empresa y su padre ocupa actualmente la gerencia comercial.
EN QATAR
Minor Medinaceli Rico fue piloto del LAB durante 18 años, como capitán del Boeing 727, y ahora vuela en Qatar Airways, una empresa con base en Qatar, emirato independiente localizado en el Medio Oriente.
Minor destaca que al LAB le debe su formación profesional y todas las experiencias buenas y malas que le ayudan en su vida diaria y en el trabajo.
En Qatar Airways se desempeña como capitán del Airbus 350.
Minor se siente realizado, profesionalmente, en esta empresa aérea porque se maneja lo último en tecnología aeronáutica y la remuneración es muy buena, aunque también el nivel de exigencia va a la par, en cuanto a entrenamientos y estudios.
Señala que en esta y otras aerolíneas del mundo existen pilotos bolivianos, cuyo número se vio incrementado en los últimos años, lo que demuestra que se reconoce su valor.
La expectativa de Minor es permanecer un par de años más en Qatar Airways hasta que sus hijos concluyan sus estudios de colegio.
¿Y después? “Solo Dios dirá, pero de que extraño mi Llajta, ¡cómo la extraño!”, subraya.
SU FAMILIA
Minor Medinaceli está casado con la cochabambina Paola Ortiz. Tiene dos hijos, el mayor, de 16 años, se llama Minor Sebastián, y la menor, de 14, Giuliana.
La familia de Minor vive con él en Qatar y siempre que pueden, en la vacación, tratan de visitar Bolivia para compartir con sus padres y hermanos.
SAQUEO
Minor afirma que el LAB fue una empresa noble que aguantó el saqueo de los diferentes gobiernos y sobrevivió más de 80 años.
Recuerda que el LAB participó en la Guerra del Chaco, abrió rutas con aeropuertos en el oriente del país, que le pertenecían a esta empresa, “inclusive hoy en día está en disputa la propiedad del aeropuerto de El Alto.
Uno de los más grandes activos que tuvo esta empresa aérea, según Minor, es que unió al país, pero que no fue reconocido por su gente cuando lo necesitaba. “Ese fue y será su valor histórico”.
50 expilotos del LAB trabajan en el exterior
De los aproximadamente 100 pilotos bolivianos que vuelan en líneas aéreas de otros países en el mundo, al menos 50 pertenecieron en su momento al LAB, afirma Roberto Mayorga, quien trabaja actualmente en Latam Airways de Perú.
Mayorga señala que los pilotos del LAB vuelan en Perú, Panamá, Dubai, Corea y Qatar.
Algunos trabajadores siguen en la lucha
El piloto Minor Medinaceli está convencido de que no fue la falta de activos lo que impidió la reactivación de esta línea aérea, sino la falta de una verdadera voluntad política. Lamenta que más de 2.000 empleados y sus familias hayan sido sacrificados. “Hoy continúa esa pelea de unos pocos que siguen con la esperanza de hacer reflotar el LAB”.
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