Varios pasajeros, que no embarcaron en el vuelo MH17 porque llegaron tarde, por ahorrar o por viajar en familia, observan atónitos las noticias sobre la muerte de los 298 pasajeros, al menos 154 holandeses, del avión que se estrelló en Ucrania.
Cuando Barry Sim se dio cuenta de que no viajaba en el mismo avión que su mujer Nur Azani y su bebé de tres meses, se quejó a su agencia de viajes.
"Siempre intento viajar con Malaysia Airlines así que pedí a mi agente que metiera a mi familia en el mismo vuelo que yo", explicó Sim, citado por el diario Algemeen Dagblad.
"No queríamos viajar separados", añadió. Sim aseguró que se sentía "aliviado" y "bendecido", y mandó sus condolencias a las familias de las numerosas víctimas.
Maarten de Jonge, de 29 años, un ciclista profesional que corre en un equipo malasio, también escapó a la catástrofe.
"En el último momento elegí un vuelo que salía el domingo porque era 300 euros más barato. Solo quedaba una plaza y la reservé de inmediato", asegura en varios medios holandeses. "Intentar ahorrar me ha salvado la vida", dice.
Otra familia, que debía volver a Australia a través de Kuala Lumpur para un entierro, llegó demasiado tarde al aeropuerto para poder comprar billetes para el vuelo MH17.
"Es un poco surrealista", aseguraron en la televisión AT5, con una niña rubia de rizos en brazos: "Todavía no me lo creo".
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