A siete meses de que dejara de volar, el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) perdió a sus pilotos, cuenta con la mitad del personal, tiene sólo dos naves de las 15 con las que operaba hace cuatro años y no vendió ningún boleto entre abril y noviembre. A eso se suma que ayer la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) le prohibió volar porque no renovó su certificado de operaciones aunque aún puede recuperarlo.
El dirigente de los trabajadores de la aerolínea, Gustavo Vizcarra, informó a través de radio Panamericana, que de los aproximadamente 2.500 empleados con los que contaba la aerolínea, sólo unos 1.100 aún permanecen en ella. Sin embargo, precisó que incluso “habría que hacer un recuento” para tener una cifra final, esto por el paulatino abandono de puestos ante los sueldos impagos.
El dirigente no precisó la cantidad de pilotos que tenía el LAB; sin embargo, se supo que tras los problemas de la empresa fueron contratados por Aerosur, la otra aerolínea nacional.
“El área que más a sido afectada en realidad es Operaciones —agrega Vizcarra—, con la migración de todos nuestros pilotos y copilotos, que se fueron al exterior. En todo caso tenemos las condiciones de contar con el personal necesario (para volar)”.
La crisis del LAB se inició entre enero y febrero del 2006, cuando sus trabajadores iniciaron una huelga de hambre en reclamo del pago de sus salarios. Su propietario mayoritario, Ernesto Asbún, no tenía el dinero para cancelar esa deuda y no había presentado los últimos estados de financieros del Lloyd.
La situación empeoró en abril pasado cuando la aerolínea no pudo cumplir con los vuelos comprometidos a decenas de viajeros que habían pagado sus pasajes para ir a Madrid y quedaron varados en los aeropuertos de Cochabamba y Santa Cruz.
Hace dos meses, la compañía estadounidense Swiss Transatlantic firmaron un acuerdo con la compañía para repotenciarla. Se hablaba de una inversión de 80 millones de dólares; sin embargo, a la fecha, según los dirigentes, a la aerolínea no llegó nada porque está en etapa de trámite.
La licencia de operaciones
Actualmente, el Lloyd se apresta a tramitar la renovación de su licencia de operaciones, que la DGAC le retiró en abril porque no contaba con las condiciones técnicas suficientes.
La tarde de ayer, dos representantes de la aerolínea visitaron a García para averiguar los requisitos para renovar la licencia. Sin embargo, como este trámite fue sobre la hora, el Director de la DGAC informó que se le canceló su certificado de operaciones, que le permite volar. Sin embargo, precisó que el Lloyd tiene hasta el 25 de diciembre para regularizar su permiso, de no hacerlo en ese tiempo, dijo, perderá también su certificado de calidad de empresa aérea; es decir, su razón social.
Pasada esa fecha, si es que quiere volver a operar tendrá que hacerlo con otro nombre.
El director de Regulación de la Superintendencia de Transportes, Abdón Porcell, explicó que los representantes de esta empresa informaron verbalmente este lunes “que estaban reacondicionando dos aeronaves, una que se encuentra en el aeropuerto de Viru Viru, actualmente, y otra que tienen casi terminada de un mantenimiento mayor que le han hecho en Lima (Perú). Hablan de esas dos aeronaves para poder operar”.
El funcionario señaló también que si bien la empresa está endeudada no perjudica la tramitación de su licencia, en el caso de los seguros de vuelo y del personal de operaciones debe estar cancelado.
El Lloyd no puede pagar sus compromisos económicos
La Superintendencia de Transportes informó que el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) no logra amortizar la deuda que tiene con sus distintos acreedores y que aún mantiene intactas las cifras registradas desde que dejó de operar en abril.
El técnico de esta entidad informó que no se conoce si la empresa realizó pagos, “tenemos el global de cuando dejó de operar la empresa”.
Las deudas hasta entonces son: a Impuestos Internos debe aproximadamente 30 millones de dólares; a la empresa aérea Pegasus, por alquiler de aeronaves, unos 25 millones de dólares; a ambas AFP, unos 14 millones de dólares.
Como deuda interna es considerado el monto que hasta entonces tenía que pagar a los trabajadores, y alcanza los 12 millones de dólares, la que es posible que haya aumentado debido a que con el tiempo muchos de los empleados se quedaron “trabajando” en la aerolínea.
También debe un millón de dólares al seguro, un monto similar a empresas por rehabilitación de naves; a Sabsa un millón por servicios aeropuertuarios.
El superintendente de Transportes interino, Wilson Villarroel, explicó que cada entidad debe velar por el pago de su deuda, como sucedió con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) que “llegó a firmar un convenio con el Lloyd para el pago de la misma, entiendo que ese convenio está vigente y el Lloyd estará cumpliendo”.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones iniciaron acciones para recuperar su deuda.
El dirigente de los trabajadores de la aerolínea, Gustavo Vizcarra, informó a través de radio Panamericana, que de los aproximadamente 2.500 empleados con los que contaba la aerolínea, sólo unos 1.100 aún permanecen en ella. Sin embargo, precisó que incluso “habría que hacer un recuento” para tener una cifra final, esto por el paulatino abandono de puestos ante los sueldos impagos.
El dirigente no precisó la cantidad de pilotos que tenía el LAB; sin embargo, se supo que tras los problemas de la empresa fueron contratados por Aerosur, la otra aerolínea nacional.
“El área que más a sido afectada en realidad es Operaciones —agrega Vizcarra—, con la migración de todos nuestros pilotos y copilotos, que se fueron al exterior. En todo caso tenemos las condiciones de contar con el personal necesario (para volar)”.
La crisis del LAB se inició entre enero y febrero del 2006, cuando sus trabajadores iniciaron una huelga de hambre en reclamo del pago de sus salarios. Su propietario mayoritario, Ernesto Asbún, no tenía el dinero para cancelar esa deuda y no había presentado los últimos estados de financieros del Lloyd.
La situación empeoró en abril pasado cuando la aerolínea no pudo cumplir con los vuelos comprometidos a decenas de viajeros que habían pagado sus pasajes para ir a Madrid y quedaron varados en los aeropuertos de Cochabamba y Santa Cruz.
Hace dos meses, la compañía estadounidense Swiss Transatlantic firmaron un acuerdo con la compañía para repotenciarla. Se hablaba de una inversión de 80 millones de dólares; sin embargo, a la fecha, según los dirigentes, a la aerolínea no llegó nada porque está en etapa de trámite.
La licencia de operaciones
Actualmente, el Lloyd se apresta a tramitar la renovación de su licencia de operaciones, que la DGAC le retiró en abril porque no contaba con las condiciones técnicas suficientes.
La tarde de ayer, dos representantes de la aerolínea visitaron a García para averiguar los requisitos para renovar la licencia. Sin embargo, como este trámite fue sobre la hora, el Director de la DGAC informó que se le canceló su certificado de operaciones, que le permite volar. Sin embargo, precisó que el Lloyd tiene hasta el 25 de diciembre para regularizar su permiso, de no hacerlo en ese tiempo, dijo, perderá también su certificado de calidad de empresa aérea; es decir, su razón social.
Pasada esa fecha, si es que quiere volver a operar tendrá que hacerlo con otro nombre.
El director de Regulación de la Superintendencia de Transportes, Abdón Porcell, explicó que los representantes de esta empresa informaron verbalmente este lunes “que estaban reacondicionando dos aeronaves, una que se encuentra en el aeropuerto de Viru Viru, actualmente, y otra que tienen casi terminada de un mantenimiento mayor que le han hecho en Lima (Perú). Hablan de esas dos aeronaves para poder operar”.
El funcionario señaló también que si bien la empresa está endeudada no perjudica la tramitación de su licencia, en el caso de los seguros de vuelo y del personal de operaciones debe estar cancelado.
El Lloyd no puede pagar sus compromisos económicos
La Superintendencia de Transportes informó que el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) no logra amortizar la deuda que tiene con sus distintos acreedores y que aún mantiene intactas las cifras registradas desde que dejó de operar en abril.
El técnico de esta entidad informó que no se conoce si la empresa realizó pagos, “tenemos el global de cuando dejó de operar la empresa”.
Las deudas hasta entonces son: a Impuestos Internos debe aproximadamente 30 millones de dólares; a la empresa aérea Pegasus, por alquiler de aeronaves, unos 25 millones de dólares; a ambas AFP, unos 14 millones de dólares.
Como deuda interna es considerado el monto que hasta entonces tenía que pagar a los trabajadores, y alcanza los 12 millones de dólares, la que es posible que haya aumentado debido a que con el tiempo muchos de los empleados se quedaron “trabajando” en la aerolínea.
También debe un millón de dólares al seguro, un monto similar a empresas por rehabilitación de naves; a Sabsa un millón por servicios aeropuertuarios.
El superintendente de Transportes interino, Wilson Villarroel, explicó que cada entidad debe velar por el pago de su deuda, como sucedió con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) que “llegó a firmar un convenio con el Lloyd para el pago de la misma, entiendo que ese convenio está vigente y el Lloyd estará cumpliendo”.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones iniciaron acciones para recuperar su deuda.
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