William Nicolai, un bebé que hoy cumplirá su segundo día de vida, ya tiene una historia impresionante que contar. Su madre, Mabel Elena Tabi Canavari (21), lo trajo ayer al mundo en pleno vuelo de una avioneta Cessna 206, a diez minutos de haber despegado de la localidad pandina de Ingavi.
El fuselaje de la nave, pilotada por Nicolai Guendler Elleffen (58), fue la sala de parto donde Dios quiso que el bebé nazca. Sus paramédicos fueron el hombre al mando del avión, una enfermera que acompañaba a la gestante, una familiar de la mujer y una adolescente que no olvidará lo vivido en el viaje que le tocó acompañar, entre Ingavi (Pando) y Riberalta (Beni).
“El cambio de altura provocó algo en la señora”, comentó el piloto, que hace 37 años vuela y que ya ha pasado por situaciones similares en otras tres oportunidades.
Guendler explicó que solicitaron su servicio de piloto civil para que vaya en su aeronave desde tierra riberalteña hasta la comunidad de Ingavi, que colinda con el río Orton.
El piloto sabía que tenía que recoger a una mujer con problemas para dar a luz, ya que no podía tener a su bebé en un parto normal y que desde hace un par de días tenía complicaciones de su embarazo. Era su primer hijo y en la comunidad donde vive no hay las condiciones para practicar una cesárea.
“El vuelo entre Ingavi y Riberalta dura unos 25 minutos”, recordó el piloto y agregó que a los diez minutos, en medio de gritos desesperados de la joven madre, el pequeño empezó a nacer.
Guendler dijo a la torre de control que había nacido un boliviano más e inmediatamente en el aeropuerto de Riberalta se montó un operativo para recibir al pequeño y a su mamá. Ahora el infante está en la maternidad de Riberalta.
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