El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) no tiene poder sobre la nave Boeing 737-300 CP 2313 del LAB —conocida como Paitití—, al menos en Malasia donde se encuentra, y sólo la empresa estadounidense CSDS Aircraft Sales and Leasing, que aparece como propietaria, puede sacar el avión de ese país, según un informe oficial de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia enviado al Ministerio Público el pasado 1 de julio.
El documento despeja la incertidumbre sobre la situación del aparato, que salió de Brasil, donde se encontraba parada por deudas de mantenimiento, hacia Malasia en abril de 2008.
El informe de la DGAC, elaborado por Samuel Prado, técnico de la entidad que viajó en mayo pasado a Malasia con representantes del LAB para constatar el estado de la nave, indica que el gerente comercial y de ventas de la compañía Malaysian Airlines, Abdul Hali, manifestó que “la aeronave solamente será entregada a representantes de CSDS” y agrega que “existe factura de venta de la aeronave que en su integridad fue vendida a CSDS por el LAB, la cual está con reconocimiento de una notaria de San Pablo-Brasil”.
Esta situación complica el retorno del Paitití a Bolivia debido a que aún los dirigentes y ejecutivos del LAB niegan la venta y desconocen a CSDS. A esto se suma que no se conoce cuál fue el monto que la compañía estadounidense pagó por el avión, un negocio realizado, supuestamente, por el ex ejecutivo de la aerolínea boliviana Marcelo Goldmann.
Desde abril de 2008, cuando se supo que el aparato salió con una matrícula falsa de Brasil, el LAB ha mantenido la versión de que quiso alquilar la nave a una aerolínea indonesa llamada Lorena Air, pero finalmente el negocio fue frustrado y desde entonces aseguraron el retorno.
Más de un año después, el informe de la DGAC comprueba que el avión fue vendido, al haber constatado la existencia de un documento de venta en poder de Malaysian Airlines, empresa que debía hacer mantenimiento a la nave a pedido de Lorena Air que habría pagado a CSDS 3,5 millones de dólares por el avión.
Sin embargo, el Paitití nunca salió del taller de Malaysian Airlines porque se descubrió que salió de Brasil con una matrícula falsa por lo que las autoridades aeronáuticas malasias impidieron que el aparato opere y que sea movido del lugar.
Nave completa
El técnico de la DGAC señala en el informe que la condición interna y externa del Paitití es satisfactoria y se constató que ningún componente del avión fue removido, incluso los motores que también fueron vendidos por Goldmann a CSDS, según contratos de venta que llevan su firma que fueron también conocidas por la DGAC.
Se cree que después de que la nave fue impedida de salir por las autoridades aeronáuticas de Malasia, CSDS intentó sacar los motores, pero también se le fue prohibido el acceso.
Prado también constató que el Paitití tiene aún pintada la matrícula N730CS con la que salió del aeropuerto internacional Guarulhos de Sao Paulo hacia Malasia.
Esta matrícula, según salió a luz el año pasado, se encontraba en el registro de aeronaves de la FAA (Federal Aviation Administration) de EEUU.
Sin embargo, el número resultó falso puesto que la matrícula boliviana CP 2313 nunca fue retirada por los embargos que pesan sobre el avión.
Por esta irregularidad, de la que no se sabe si formó parte el LAB, los ejecutivos de CSDS fueron investigados por la FAA, que negó que hubiese otorgado el registro N730CS para que el Paitití salga de Brasil.
El informe de la DGAC concluye indicando que “debido a que el problema de la aeronave es más legal que técnico, debe ser resuelto entre el LAB y CSDS para definir su derecho propietario”.
DEUDAS
Fuentes de los ex trabajadores del LAB informaronque se requiere 450 mil dólares para que el avión pueda salir del taller de mantenimiento en Malasia.
El monto es necesario para pagar 150 mil dólares por el uso de parqueo a Malaysian Airlines y 300 mil dólares para hacer el mantenimiento tipo “C”, obligado para que la nave vuele.
El documento despeja la incertidumbre sobre la situación del aparato, que salió de Brasil, donde se encontraba parada por deudas de mantenimiento, hacia Malasia en abril de 2008.
El informe de la DGAC, elaborado por Samuel Prado, técnico de la entidad que viajó en mayo pasado a Malasia con representantes del LAB para constatar el estado de la nave, indica que el gerente comercial y de ventas de la compañía Malaysian Airlines, Abdul Hali, manifestó que “la aeronave solamente será entregada a representantes de CSDS” y agrega que “existe factura de venta de la aeronave que en su integridad fue vendida a CSDS por el LAB, la cual está con reconocimiento de una notaria de San Pablo-Brasil”.
Esta situación complica el retorno del Paitití a Bolivia debido a que aún los dirigentes y ejecutivos del LAB niegan la venta y desconocen a CSDS. A esto se suma que no se conoce cuál fue el monto que la compañía estadounidense pagó por el avión, un negocio realizado, supuestamente, por el ex ejecutivo de la aerolínea boliviana Marcelo Goldmann.
Desde abril de 2008, cuando se supo que el aparato salió con una matrícula falsa de Brasil, el LAB ha mantenido la versión de que quiso alquilar la nave a una aerolínea indonesa llamada Lorena Air, pero finalmente el negocio fue frustrado y desde entonces aseguraron el retorno.
Más de un año después, el informe de la DGAC comprueba que el avión fue vendido, al haber constatado la existencia de un documento de venta en poder de Malaysian Airlines, empresa que debía hacer mantenimiento a la nave a pedido de Lorena Air que habría pagado a CSDS 3,5 millones de dólares por el avión.
Sin embargo, el Paitití nunca salió del taller de Malaysian Airlines porque se descubrió que salió de Brasil con una matrícula falsa por lo que las autoridades aeronáuticas malasias impidieron que el aparato opere y que sea movido del lugar.
Nave completa
El técnico de la DGAC señala en el informe que la condición interna y externa del Paitití es satisfactoria y se constató que ningún componente del avión fue removido, incluso los motores que también fueron vendidos por Goldmann a CSDS, según contratos de venta que llevan su firma que fueron también conocidas por la DGAC.
Se cree que después de que la nave fue impedida de salir por las autoridades aeronáuticas de Malasia, CSDS intentó sacar los motores, pero también se le fue prohibido el acceso.
Prado también constató que el Paitití tiene aún pintada la matrícula N730CS con la que salió del aeropuerto internacional Guarulhos de Sao Paulo hacia Malasia.
Esta matrícula, según salió a luz el año pasado, se encontraba en el registro de aeronaves de la FAA (Federal Aviation Administration) de EEUU.
Sin embargo, el número resultó falso puesto que la matrícula boliviana CP 2313 nunca fue retirada por los embargos que pesan sobre el avión.
Por esta irregularidad, de la que no se sabe si formó parte el LAB, los ejecutivos de CSDS fueron investigados por la FAA, que negó que hubiese otorgado el registro N730CS para que el Paitití salga de Brasil.
El informe de la DGAC concluye indicando que “debido a que el problema de la aeronave es más legal que técnico, debe ser resuelto entre el LAB y CSDS para definir su derecho propietario”.
DEUDAS
Fuentes de los ex trabajadores del LAB informaronque se requiere 450 mil dólares para que el avión pueda salir del taller de mantenimiento en Malasia.
El monto es necesario para pagar 150 mil dólares por el uso de parqueo a Malaysian Airlines y 300 mil dólares para hacer el mantenimiento tipo “C”, obligado para que la nave vuele.
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