Un Airbus A320 con 121 turistas y 6 tripulantes aterrizó a ciegas en el aeropuerto Atatürk de Estambul después de que una tormenta de granizo hiciera trizas el parabrisas de la cabina del piloto, dejándolo sin visibilidad para maniobrar la nave.
El avión sufrió los embates de una tormenta de granizo del tamaño de pelotas de golf que destruyó completamente la nariz de la nave y su parabrisas.
La violenta tormenta que sacudió a la capital turca durante 20 minutos dejó techos destruidos, centenares de árboles caídos y una decena de heridos.
Muchos vuelos fueron desviados. El de Atlas Global había despegado 10 minutos antes rumbo a Erkan, en el norte de Chipre. Había alcanzado los 1.300 metros de altura cuando comenzó el temporal. En pocos segundos, el parabrisas de la nave quedó completamente astillado y averió el sistema de pilotaje automático.
Con la emergencia declarada, el capitán fue autorizado a aterrizar nuevamente en el aeropuerto de Ataturk a pesar de que había sido cerrado para otras aeronaves. Todas los dispositivos de emergencia del aeropuerto fueron activados
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