La ingente necesidad de pilotos de línea, unos 533.000 en los próximos 20 años, hace temer un deterioro de la formación de estos profesionales que se encargarán de transportar a miles de millones de pasajeros en todo el mundo.
“El riesgo creciente es que se ‘produzcan’ pilotos rápidamente para responder a esta demanda creciente”, dice Philip von Schöppenthau, secretario general de la ECA (Asociación Europea de Pilotos). Y con ello habrá una formación de peor calidad, con pilotos peor entrenados y susceptibles de tomar las decisiones equivocadas en caso de incidente.
Actualmente, se tarda dos años y medio en formar un copiloto. Y años de experiencia adicional (entre 8 a 12 en Air France, 10 a 15 en British Airways y al menos 8 en Singapore Airlines) para convertirse en comandante de vuelo.
Sin embargo, desde hace varios años, la licencia, conocida en la jerga del sector como “multi-crew pilot licence”, permite en teoría, convertirse en piloto en 45 semanas.
Con 100.000 vuelos diarios esperados este año y muchos más en 20 años —el tráfico aéreo aumenta cerca de un 5% anualmente—, la formación de los pilotos es “efectivamente un desafío”, reconoce el director de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, Patrick Ky.
El transporte aéreo, pese a los recientes incidentes de Malaysia Airlines y la caída de un avión en Mali, sigue siendo la forma de transporte más segura en el mundo.
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