La tarde del domingo una aeronave de la empresa Aerocon se precipitó a tierra con el saldo de ocho muertos y 10 heridos. Coimbra explicó durante una entrevista en la red Uno que los datos preliminares dan cuenta que antes del siniestro se registraron hechos llamativos y hasta “algo raros”, como que el piloto era quien reportaba a la Torre de Control, cuando esa es una tarea del copiloto.
Agregó que, por los elementos encontrados en el lugar del accidente, había visibilidad para el aterrizaje. Explicó que el altímetro de la aeronave marcaba 2.100 pies, altitud suficiente para realizar la maniobra de aterrizaje, que incluso podría ser hecha desde una altura 964 pies. Además dijo que se encontraba debajo de las nubes.
“Las sanciones contra el piloto tienen que ser las más drásticas, puesto que supuestamente el accidente ha ocurrido por una falla humana por que el piloto, al llegar a la mínima altura de decisión, debió tomar dos decisiones: circular el campo en forma visual tal como le ordenó la Torre y la otra reatacar o irse a su alterno (pista), sin embargo el piloto -no sabemos por qué- decidió aterrizar con viento cruzado de 210°, eso también afectó”, afirmó.
Explicó que cuando hay aterrizajes con viento cruzado, como en este caso, debe seguirse un procedimiento específico. “El mal clima incidió en que el viento era cruzado… en este caso era viento cruzado, que también para eso el piloto tiene un procedimiento especial que es la asimetría de motores, si el viento viene de un lado la asimetría del motor debe ser del otro lado. La potencia del motor derecho tiene que ser, por ejemplo, más que el izquierdo para contrarrestar el viento”.
La Razón informó hoy que el piloto, pese a que se le instruyó que aterrizara en la pista 32, se dirigió a las 14, donde el viento soplaba en la misma dirección que el aparato. Se presume que el viento golpeó la cola del avión, desequilibrándolo.
Kevin Roca Alpire era el piloto y Cecilia Tapia Salinas la copiloto del Fairchild Metro 3, que se incidió tras caer. Una maniobra del piloto al aterrizar hizo que el ala derecha choque fueran de la pista de aterrizaje y vuelque el aparato que se arrastró al menos 350 metros, para luego incendiarse.
La DGAC envió las dos cajas negras recuperadas a Brasilia, Brasil, para su estudio. La información de la denominada caja negra o registrador del vuelo facilitará información sobre la comunicación que existió entre el piloto y la Torre de Control, como “la actitud del avión antes del accidente”.
Coimbra informó que entre las sanciones por ese tipo de hechos está la suspensión de autorización de vuelo para el piloto. “En este caso el avión no ha fallado, estaba con todos sus certificados de aeronavegabilidad, suponemos que ha sido netamente una falla humana”.
El presidente Evo Morales lamentó el siniestro e instruyó una investigación y sanciones de ser necesario. La Fiscalía inició las investigaciones respectivas.
La DGAC iniciará una auditoría a la empresa Aerocon para la revisión de sus aeronaves y verificación de su tribulación.
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