El avión, en el que viajaban 151 pasajeros y cinco miembros de la tripulación, sufrió un fallo en el tren de aterrizaje derecho y tomó tierra escorado sobre un flanco, pero el piloto consiguió detener el aparato antes de que se saliera de la pista, que había sido cubierta de espuma preventivamente.
El comandante, informan medios italianos, avisó a los pasajeros de la anomalía técnica y tras dos o tres intentos de aterrizaje, según comentaron los viajeros, que alabaron la pericia del piloto, hizo la intentona definitiva, que se solventó sin heridos.
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