La mayoría de los fallecidos eran de nacionalidad holandesa, un total de 61, mientras que la tripulación era libia. Además, había otros nacionales de Alemania, Zimbabue y Filipinas, según ha informado la aerolínea.
El vuelo procedía de Johanesburgo (Sudáfrica) y tenía como destino Londres (Reino Unido).
El superviviente, también holandés, está siendo operado de las fracturas que ha padecido por el siniestro. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ha señalado que se desconocen la gravedad de sus fracturas. El pequeño es acompañado por un miembro de la embajada de Holanda en Trípoli, según la agencia holandesa ANP.
El aparato pertenecía a la compañía libia Al Afriquiyah. Las condiciones meteorológicas eran buenas y se desconocen las causas del siniestro.
"El avión ha explotado cuando aterrizaba. Se ha desintegrado totalmente", han señalado fuentes de los servicios de seguridad del aeropuerto de Trípoli.
El constructor aeronáutico Airbus se ha comprometido con las autoridades libias a proporcionar asistencia técnica completa en la investigación sobre el accidente.
Por su parte, el ministro libio de Transporte, Mohamed Zidane, ha descartado la hipótesis de que fuera un atentado terrorista.
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