lunes, mayo 02, 2016

El sustituto del avión Concorde


Un avión capaz de cruzar el Atlántico en menos de 4 horas, que puede volar a más de 2.400 kilómetros por hora (aproximadamente el doble de la velocidad del sonido): así sería el sustituto del Concorde.

La idea de la empresa Boom Technology revolucionaría la manera de viajar hasta el momento, ya que nos permitiría desplazarnos 2,6 veces más rápido que en un vuelo convencional actual. El prototipo del avión podría estar listo a finales del próximo año 2017.

Un avión de este tipo, utilizado para viajes reales por las aerolíneas, supondría importantísimos ahorros de tiempo, sobre todo al cubrir distancias largas que actualmente requieren muchas horas. De hecho, el fundador de Virgin Group –Richard Branson– parece haber detectado los importantes beneficios de la idea y ha decidido respaldar el proyecto de Boom Technology. Gracias a esta inversión, la empresa espera poder presentar su prototipo real a finales de 2017.

Boom Technology ha firmado una colaboración con Virgin Galactic (subsidiaria de Virgin Group) por valor de unos 2.000 millones de dólares, por el cual Virgin prestará servicios de diseño e ingeniería (además de manufactura) para producir el nuevo avión. Y como parte del trato, si el proyecto llega a buen fin, Branson se quedará con 10 aviones que utilizará en su empresa Spaceship Company.

Los viajeros interesados en este tipo de desplazamientos supersónicos deberán también asumir un coste bastante elevado de los billetes: por ejemplo, la conexión entre Londres y Nueva York costaría unos 5.000 dólares. Desde la empresa aseguran que es un importe muy similar al que se pagaría por viajar en clase business en ese tipo de vuelos de larga duración.

Como valor añadido, la empresa quiere ofrecer además una experiencia única de vuelo: el avión contaría solo con 40 asientos distribuidos en dos filas y garantizaría que todos los pasajeros tuvieran bonitas vistas (en palabras literales, que todo pasajero pueda ver “la curvatura de la Tierra”).

En la década de los 70, el avión Mach-2 Concorde fabricado por una unión de industrias británicas y francesas fue capaz de atravesar el Atlántico en tres horas y media. Sin embargo, hasta el momento la idea de establecer los vuelos supersónicos como estándar en la aviación comercial no tiene fuertes aliados, sobre todo por el elevadísimo coste que supondrían los vuelos. De hecho, el Concorde se desmanteló porque requería inversiones muy importantes para su mantenimiento, lo que llegó a encarecer los billetes (alcanzaron casi los 20.000 dólares).

Comparado con esa cifra, los 5000 dólares del avión de Boom Technologies parecen ya bastante más razonables. Este cambio se debe fundamentalmente a los avances en tecnología, que permitirían construir un aparato hasta un 30% más eficiente que el Concorde en cuanto al consumo de combustible.

Volar a velocidad supersónica sigue siendo el sueño de muchos, y todas las empresas apuestan por patentes y prototipos que se centran en la velocidad y en la comodidad de los pasajeros a bordo del avión.

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