domingo, febrero 24, 2013

Juan Mendoza, el primer piloto boliviano que surcó los cielos del altiplano

Todos corren al cerro. ¡Al Pie de Gallo!, ¡al Cerrato!, ¡a San Felipe! Todos pugnan por acercarse al biplano de Juan Mendoza y Ángel Mardesich. El cielo se ha despejado y del sudeste ruge, por el aire, el motor Fiat de 320 caballos de fuerza. Surgen serpenteos y acrobáticos giros y la aeronave desafía los más de 3.700 metros de altura de la ciudad. Más de 40.000 almas quedan impresionadas. Nadie se pierde el espectáculo. Fue una mañana del 19 de noviembre de 1921.

Así se inscribe una de las páginas de mayor gloria para la aviación boliviana y para la historia de Oruro. Juan Mendoza coronó su proyecto de volar en la altura y hacerlo en su tierra natal después de vencer dificultades y postergaciones. Fue el primer piloto boliviano.

Pero antes hubo otros intentos. En 1914 el chileno Luis Pace voló en la zona de Papel Pampa en una avioneta de procedencia francesa. Al parecer no llegó a mucha altitud en lo que ahora es la zona sudeste de la ciudad. Años más tarde, en La Paz, en abril de 1920, el piloto norteamericano Donald Hudson surcó los cielos bolivianos en un triplano Curtis que fue adquirido por el Gobierno boliviano para organizar la Escuela Militar de Aviación. El vuelo se cumplió en El Alto y Viacha. Meses más tarde otros pilotos de-

safiaron la altitud del altiplano, unos con éxito y otros con un de-

senlace fatal como el aviador Maurice Burdon, quien falleció al estrellar su aeroplano en la zona de El Alto con un saldo de varios muertos.

Pero vayamos a Oruro y comencemos la historia de nuestro aviador. Juan Mendoza y Nernuldes nació en Obrajes el 16 de noviembre de 1893 y en poco tiempo fijó residencia en la ciudad de Oruro. Cursó estudios en el Colegio "Bolívar" y desde muy joven persiguió desafíos ambiciosos. Una de sus primeras proezas fue su primer raid en bicicleta de Oruro a La Paz en 1910. Culminó su proyecto en un camino por el que todavía circulaban lentas y pesadas diligencias. Juan Mendoza recibió su primera medalla de oro, anunciando que el próximo raid lo haría en avión.

De acuerdo a las investigaciones de Miguel Salas Aguilar, en 1915 se organiza en Oruro el Comité Pro Escuela Militar de Aviación, cuya principal actividad fue la campaña de colecta de fondos económicos destinados al pago de estudios de aviación para el intrépido Juan Mendoza, quien, en pocos meses, llegó a la Argentina para estudiar en la Escuela de Aviación de Villa Lugano y en Palomar bajo la dirección de Paul Cantailbert y Mocho. Así obtuvo en 1916 su título de Piloto Aviador Profesional a nivel internacional. Obtuvo su brevet tras cumplir una prueba final que consistía en una ascensión en globo aerostático. Su instructor de vuelo fue el francés Jorge Newbery.

En Buenos Aires recibió ofertas de trabajo como instructor de aviación, no obstante debía nacionalizarse; prefirió regresar a Bolivia y se hizo cargo de la organización del tránsito en Oruro, siendo a la vez requerido por el éxito de sus funciones en otras ciudades como Cochabamba y La Paz.

INTRÉPIDA HAZAÑA

Poco tiempo después, no vaciló en el propósito de volar por los cielos bolivianos. Pretendía romper el mito de que no era posible volar en Oruro y lo consiguió en una atildada hazaña. En sociedad con el señor Alfredo Etienne – adquirió una avioneta marca Fiat de industria italiana de 350 HP- construido para vuelos de baja altitud, sin embargo esto no fue un impedimento como aviador profesional (1).

Era el inicio de un ciclo de historias y anécdotas para Juan Mendoza y su copiloto Ángel Mardesich; la dupla de valientes aviadores orureños. El biplano fue adquirido en Argentina y trasladado por tierra y por aire en algunos tramos hasta La Quiaca. El objetivo era despegar de este punto fronterizo para llegar a Oruro, pero las condiciones atmosféricas no fueron favorables.

Ya en territorio boliviano tuvo que vencer algunas dificultades. Precisamente el periodista Luis Dorado contaba a propósito: "El Fiat fue desarmado y transportado por vía férrea hasta Villazón. Allí surgió otro obstáculo. De Villazón a Atocha se carecía de comunicación ferroviaria. En tal trance se recurrió a las carretas. Realizando una serie de esfuerzos se venció el tramo señalado. Desde Atocha a Uyuni, se empleó el ferrocarril. En la "hija predilecta de Bolivia", se armó el avión y en homenaje a la fiesta cívica de Potosí se emprendió el primer vuelo de Bolivia. Posteriormente fue desarmado y trasladado por tren hasta Poopó de allí a Oruro se realizó el segundo vuelo".

Precisamente el periódico LA PATRIA del 11 de noviembre de 1921 refería a un telegrama sobre el vuelo de Uyuni: "Aviador Mendoza efectuó vuelo con todo éxito llevando como pasajero al señor Humberto Asturizaga. Reina gran entusiasmo en el pueblo. Hoy efectuará otros vuelos sobre Pulacayo; mañana viaja a Oruro. Corresponsal". Pero Juan Mendoza no llegó a Oruro aquel día sino el 21 de noviembre, pues, tuvo que llevar la avioneta hasta Poopó y desde ahí con su copiloto iniciar el segundo raid que iba a ser el más largo de toda la historia de la aviación boliviana, en ese entonces.

Juan Mendoza y Ángel Mardesich salieron de Poopó la mañana del 19 de noviembre cuando el reloj marcaba las 08:00; su dirección, el oeste para llegar a Oruro. Fue un viaje de 30 minutos para alcanzar la serranía orureña y sobrevolar la ciudad, que aguardaba las irrepetibles imágenes del biplano "Oruro" que orgulloso volaba nuestro límpido cielo.

Juan Mendoza decía: "Para ser aviador en aquellos años se necesitaba coraje". Así cumplió su intrépida hazaña. Logró dominar el cielo de la capital orureña. Ahí estaba entre esas 40.000 almas el fotógrafo Carlos Portillo, quien tomó una fotografía cuando el biplano desafiaba la gravedad y los vientos sobre los argentíferos cerros de nuestra ciudad.

Fueron minutos de irrepetible espectáculo. La gente quedó asombrada y persiguieron al biplano Fiat hasta que aterrizara en la pista de Papel Pampa. Cuando todavía la gente no había llegado al provisional aeropuerto, Juan Mendoza contaba esta anécdota: "Al descender del avión se me acercó un campesino que pensaba que venía del cielo, me besó las manos arrodillado y rendido de admiración, por lo que suponía una gracia divina".

Mucha gente orureña había acudido al recibimiento. Muchas mujeres con arreglos florales. Todos expresaron su simpatía y lo consideraron como a un héroe. "Fui conducido en hombros hasta la plaza principal en un ambiente de fiesta" contaba Juan Mendoza al recordar que los orureños se dieron asueto sin ser feriado; la fiesta era única y merecida.

Aquel histórico 19 de noviembre difícilmente ha sido borrado de la memoria colectiva. Contaba el periodista Elías Delgado: "El joven aviador de 28 años, enfundado en una chamarra de cuero, guantes de prebil, gorra enteriza y antiparras (gafas que cubrían gran parte de la cara) pasó de mano en mano, o mejor de hombro en hombro, porque todos deseaban pasearle en triunfo, entonando alegres huayños y vitoreando con euforia la hazaña, que repercutió rápidamente en la extensa geografía nacional. Nuevamente Oruro se consagraba como escenario de pioneras realizaciones, producto de la fibra creativa de sus hijos, en todos los órdenes de la actividad humana".

No faltaron las adhesiones y los discursos como el expresado por el patriarca orureño Adolfo Mier, quien dijo: "Ciudadano orureño sois el primer boliviano que ha tomado posesión de ese grandioso elemento que rodea nuestro planeta, dándole animación y vida. Increíble y sorprendente, grata emoción causa a la vez, correr rapidísimo al avión "Oruro" elevarse en el aire como el Cóndor de los Andes, apareciendo como una libélula sobre nuestras cabezas y perderse en el espacio como águila cauda".

Cómo no recordar los versos del romántico poeta José Víctor Zaconeta en cuyo fragmento del poema "El Aeronauta" decía: ¿A dónde vas, jinete del vacío,/ Dejando montes, llanos y poblados/ Que pasan fugitivos a tus plantas/ Como visiones de un ensueño alado? ¿Qué fiebre te devora, qué delirio/ Así te impele, paladín excelso, /Para correr en pos de lo ignorado/ Por la extensión, sin límites, del cielo? ¿Qué sed de triunfo, qué esplendor de gloria,/ te muestran, en lejana perspectiva,/ Del vellocino los fulgores áureos/ O el lampo de la tierra prometida? Ah… ¡son la ciencia y el amor del hijo/ Que ama a su patria, los que así te impelen,/ Y harán, que, un día o triunfante o muerto,/ Tu nombre en alas de la gloria vuele!"

Pero no fue el único vuelo de nuestro aviador. Desarrolló otros en Cochabamba demostrando, como siempre, inmejorables condiciones para elevar a las alturas aviones como el Fiat "Oruro". Fue en el primer vuelo que hizo a la tierra del Tunari cuando protagonizó otra de sus anécdotas: "La más grave de mis aventuras fue cuando tuve un lamentable accidente en que se destruyó mi biplano, cuando se clavó en un barrial al tratar de aterrizar en Cochabamba: Fue en esa circunstancia que para evitar mi caída sobre la gente, me fui a clavar en el mencionado barrial, quedando casi completamente destruido el biplano. Felizmente, yo quedé completamente ileso".

Después de estos resonantes vuelos y apoteósicos recibimientos en Oruro y Cochabamba, la noticia gravitó en la opinión pública nacional. Todos se enteraron de la proeza del aviador orureño. Esta fama cobraría lamentablemente un alto precio. Un inescrupuloso presidente como Bautista Saavedra, con voraz apetito eleccionario, invitó a nuestro aviador para formar parte de la lista parlamentaria en calidad de diputado por Oruro; sin embargo, Juan Mendoza rechazó el ofrecimiento, porque siempre se mantuvo alejado de la política. Luis Dorado sostiene que la respuesta no se hizo esperar, "aduciendo falta de pago de impuestos, fue embargado el avión". Fue en los primeros meses de 1922 cuando el biplano Fiat "Oruro" fue decomisado por el Gobierno y hasta el día de hoy no se sabe dónde fue a parar esta histórica aeronave, digna de cualquier repositorio nacional.



VUELO SOBRE BUENOS AIRES

Los años pasaron y la Guerra del Chaco se aproximaba. Juan Mendoza acudió al llamado de la patria y se responsabilizó de la organización de la maestranza y el departamento de transportes del ejército boliviano. "Tuve a mi cargo todas las operaciones técnicas y de transportes durante la guerra" recordaba nuestro aviador. El Periódico "La Mañana" refería: "Juan Mendoza, espíritu dinámico montó la maestranza central con espléndidas reparticiones y es allí en aquellos monumentales talleres, donde la fragua y el yunque no cesaron un solo instante y recuperaban cientos de camiones que eran puestos nuevamente en marcha para la atención del Ejército y es allí también donde miles de fusiles y cañones destrozados volvieron a prestar sus servicios calibrándolos o cambiándoles soportes. Por sus innegables beneficios se ha dicho con justicia que lo único que no ha fracasado en la Guerra del Chaco han sido las maestranzas. Una verdad de diez y ocho kilates".

De retorno a Oruro se dedicó de pleno a la reparación de motores. Instaló una maestranza y en ella trabajó por mucho tiempo. En mérito a su epopeya en 1945 el Concejo Municipal promulga una Ordenanza Municipal, denominando al aeropuerto de Oruro como Juan Mendoza y Nernuldes, como inalterable testimonio de su aporte a la aviación boliviana. En 1951 la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) le otorgó la condecoración "Piloto Honoris Causa"; en 1965 recibió la Medalla al Mérito Aeronáutico; y al conmemorarse los 50 años de piloto aviador el Gobierno Nacional le impuso el "Cóndor de los Andes" en el grado de oficial.

Transcurrieron los años y el periodista Arsenio Minaya recordaba aquel memorable episodio del sector de Papel Pampa: "Pasaron muchos años de aquella hazaña de Juan Mendoza que todos recordaban con nostalgia y simpatía. Papel Pampa seguía allí en su inmensa soledad donde solo pastaba un hato de llamas, y que no presagiaba ningún otro acontecimiento igual a aquel día cuando un "pájaro de lata", apareciendo en el cielo se posara en su llanura…"



Notas

(1) Previamente en Buenos Aires desarrolló varias pruebas en el aeródromo "El Palomar" y "Castelar", habiendo sido documentados estos vuelos en una película denominada "Vuelo sobre Buenos Aires del Aviador Juan Mendoza", proyectada y recuperada gracias a los familiares de nuestro aviador. Así también se certifica que estos vuelos se cumplieron en septiembre de 1921 de acuerdo a la crónica y las fotografías publicadas en la revista La Ilustración de La Paz del 11 de septiembre de 1921.



Bibliografía

Dorado Vásquez E. Luis. "El primer avión que llegó a Bolivia, fue trasladado por carreta, tren y por aire". Periódico Presencia. La Paz.

21 de julio de 1966.

Fajardo Fernández, Jorge. "Oruro del 900". Edit. Universitaria. Oruro, Bolivia. 1989.

Minaya Polar, Arsenio. "De la pista de Papel Pampa al aeropuerto

Juan Mendoza". LA PATRIA. Oruro, 31 de enero de 1995-

LA PATRIA. "75 años de una hazaña sin par". Varios autores.

10 de noviembre de 1995

Cazorla M. Fabrizio. La intrépida hazaña de Juan Mendoza y Nernuldes. Periódico LA PATRIA. Revista Dominical del 18 de noviembre de 2001.

Periódico LA PATRIA. Juan Mendoza, surca nuestro cielo. 11 de noviembre de 1921. Oruro.

Periódicos "LA PATRIA" y "La Mañana" de Oruro y "La Nación" y

El Diario" de La Paz.

(Documentos facilitados por Javier Soria Mendoza y familia Soria Mendoza)


Imagen del biplano "Oruro" en pleno vuelo


Aeropuerto "Juan Mendoza" en 1942


La Sociedad Cooperativa Oruro reconoció la labor de Juan Mendoza

Medalla otorgada en Uyuni

Medalla "Sebastián Pagador"

Con su uniforme de militar de la Guerra del Chaco

Recibiendo la medalla "Cóndor de los Andes"

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