“Soy el único sobreviviente, un piloto auténtico, he volado 50 tipos de aviones, hablo quechua, aymara, italiano e inglés”, dijo al periódico cochabambino Los Tiempos el general de División Aérea Alberto Paz Soldán en una de las últimas entrevistas, en septiembre de 2011, cuando cumplió 100 años.
Condecorado con la orden Mariscal Andrés de Santa Cruz, el último héroe de la aviación, antes de pertenecer a esa fuerza, tuvo destacada participación en acciones militares desarrolladas durante la Guerra del Chaco, entre ellas Strongest, El Carmen, Villamontes, Campo Vía, Ballivián y Boquerón.
De acuerdo con los datos históricos, Paz Soldán nació el 4 de septiembre de 1911, en la ciudad de Cochabamba.
En enero de 1927, a los 15 años de edad, ingresó en el Colegio Militar, donde comenzó su formación castrense durante cinco años hasta egresar como subteniente del arma de Artillería con la promoción 1931.
Una vez iniciada la conflagración con el Paraguay por la posesión del chaco boreal, el joven subteniente fue enviado a la zona de operaciones, donde participó como comandante de compañía en varias acciones.
Fue de esa manera que Paz Soldán, en mérito de su destacada actuación y a solicitud suya, a partir del 22 de diciembre de 1933 fue incorporado a las Fuerzas Aéreas en Campaña, por lo que fue destinado a la Escuela Militar de Aviación de Villamontes como alumno piloto.
El 15 de enero de 1934, junto con tres oficiales y dos sargentos, el subteniente comenzó su entrenamiento aeronáutico en un curso elemental de pilotaje que estaba a cargo del mayor Rafael Pabón y del capitán Juan Antonio Rivera.
Luego de un arduo período de instrucción de sólo tres meses, a mediados de abril de 1934, realiza de forma óptima su primer vuelo solo, en el biplano Curtiss Trainer, lo que lo catapultó a proseguir su instrucción y entrenamiento de vuelo en aviones de combate Osprey.
El 20 de agosto de 1934, ocho meses después de ingresar a las Fuerzas Aéreas, fue la fecha más memorable en su carrera militar, pues llegó a obtener el brevet de piloto de guerra después de cumplir todos los requisitos y haber realizado las pruebas exigidas.
Paz Soldán inmediatamente fue destinado al Grupo de Aviación Nº 1, por lo que de esa manera comenzó su carrera de aviador, que lo llevó al frente del exclusivo escuadrón de pilotos de la Guerra del Chaco.
Como piloto de guerra tuvo una destacada actuación en el cerco de Carandaytí, en septiembre de 1934, lo que le valió para hacerse merecedor de una citación del Comando del Cuerpo de Caballería.
La Rosa, Algodonal, cerco al enemigo en Villazón e Irindagüe, ofensiva a Picuiba y repliegue hacia el Fortín 27 de Noviembre fueron sólo algunas de las acciones en las que participó como piloto.
Alberto Paz Soldán realizó innumerables incursiones aéreas en la retaguardia y posiciones enemigas de todo el frente de batalla, pero también protagonizó varios y exitosos combates contra aviones enemigos paraguayos.
El piloto tiene un don de la naturaleza
Una de las batallas aéreas más recordadas, protagonizada por el boliviano Alberto Paz Soldán, ocurrió el 23 de septiembre de 1934 en el sector de La Rosa-Picuiba, donde al mando de un avión Curtiss Hawk puso fuera de combate a un avión de caza paraguayo Fiat CR-20.
“Yo atacaba a los aviones enemigos por la cola, me colocaba atrás, un poco alto, y los bombardeaba; unas veces los batía, otras escapaban, a mí casi me matan una vez porque me perforaron las alas y el fuselaje. Cuando llegué a la base tenía 16 impactos de bala”, dijo a Los Tiempos.
“El piloto tiene que tener un don que le da la naturaleza, podía ser un hombre muy inteligente, pero sin ese don no podía volar. Yo fui favorecido por la naturaleza”, añadió en la entrevista
Fueron todas esas sus cualidades de aguerrido aviador las que permitieron que en enero de 1935 obtuviera el grado de teniente, y, por disposición del Comando de las Fuerzas Aéreas, fue designado comandante de patrulla del Grupo de Aviación Nº 1.
Una misión desempeñada por Paz Soldán fue hacer la cobertura aérea a las tropas bolivianas que se retiraban del sector Parapetí.
En el mes de febrero de 1935, el teniente fue designado comandante de escuadrilla del Grupo Aéreo de Aviación Nº 2, unidad en la que participó durante la última fase de la guerra, colaborando en la defensiva y en la ofensiva del sector central, Cuerpo de Caballería y Segundo Cuerpo del Ejército.
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